A principios del mes de noviembre lanzamos un artículo previo a nuestro viaje a Japón que, bajo el título Preparando un viaje a Japón, hacía una pequeña planificación de lo que podíamos encontrarnos en nuestra visita al País del Sol Naciente. Hoy, después de narraros todo el viaje, podemos volver a él y hacer un balance de lo que nos encontramos realmente.
Antes que nada, quiero decir que recomiendo absolutamente Japón como destino de un viaje largo. La experiencia ha sido fantástica y los contrastes que nos hemos encontrado entre su sociedad y organización y el estilo de vida europeo al que estamos acostumbrados han sido muy enriquecedores.
No obstante, puedo decir también que ha sido un viaje relativamente cómodo. No he echado en falta ninguna comodidad o necesidad material, en una sociedad con un estilo de vida muy occidentalizado. No ha sido tanto la parte material o urbana lo que me ha llamado la atención, sino principalmente las diferencias en cómo la población desarrollaba su vida.
Quizá el mayor problema que tuvimos fue lingüístico. Era difícil comunicarse en inglés en restaurantes y comercios -no en hoteles- y, aunque los japoneses ponían muy buena voluntad por ayudarnos, no siempre era posible.
Eso sí, también nos encontramos con japoneses que estudiaban español y tímidamente nos saludaban o intercambiaban algunas palabras con nosotros en nuestra ruta. Así que, ya sabéis… tened cuidado cuando habléis español en el extranjero, porque pueden entenderos.
El exotismo es un concepto muy utilizado a la hora de definir cualquier viaje a Asia. En Japón, el exotismo puede ser algo relativo. Si cogiéramos cualquiera de las ciudades que hemos visitado, la vaciáramos de población y quitáramos los llamativos carteles de las tiendas, la estructura de la ciudad podría adaptarse perfectamente a muchos países europeos. Sin embargo, Japón es exótico en las costumbres, la actitud de la gente y determinados detalles que hacen que el país impacte muy notablemente al visitante.
Un país, además, con una gente extremadamente amable y hospitalaria y que funciona de un modo que a veces puede ser concebido de modo quizá predecible o estricto, pero muy cómodo para el visitante. Lástima de las dificultades de comunicación, dado el escaso número de personas que podían comunicarse en inglés con nosotros, pese a la buena voluntad que ponían todos en intentarlo.
Un viaje que hay que hacer, eso sí, con dinero en el bolsillo. Japón no nos pareció más caro que algunos países del centro y norte de Europa, pero sí que es una pena llevar un presupuesto demasiado limitado que impida disfrutarlo en toda su expresión. Es un viaje que, si puede ser, es recomendable que no nazca limitado por restricciones económicas.
El smartphone con conexión WiFi facilitó mucho la comunicación. Hay redes WiFi en muchos puntos de la ciudad, pero sólo disponibles para clientes de compañías locales. Por tanto, los hoteles eran nuestros principales puntos de conexión. Todos los que visitamos nos ofrecieron Internet gratis, pero algunos de ellos sólo disponían de servicio de Internet por cable. El cable te lo dejaban gratis o bien a cambio de una pequeña fianza.
Y sobre precauciones especiales para la radiación de Fukushima, ninguna en absoluto. La vida en la ciudad de Tokio y el resto de grandes ciudades de Japón es absolutamente normal y no hay ninguna advertencia ni riesgo por la radiación que pudiera proceder de la central nuclear de Fukushima.
Os invitamos a que leáis nuestros artículos de conclusión del viaje para que podáis ver algunos aspectos prácticos de nuestra estancia en Japón. Os contamos en detalle cómo fue nuestra ruta por Japón, dónde nos alojamos y si es caro viajar a Japón. Además, encontraréis las perlas de 14 días de viaje en el artículo Lo mejor de Japón.
Si tenéis un Kindle, también podéis encontrar el libro en el que recopilamos nuestras dos semanas de viaje a Japón por apenas un euro. Podéis descargar el libro Viaje a Japón en este enlace.
Genial entrada resumen del viaje con muchas y muy útiles recomendaciones. Sin duda, si algún día me lanzo a la aventura de visitar Japón (cuando ahorre un poco) volveré a revisar tus relatos.
Un saludo 😉