Para mi gusto, la fábrica Pilsner Urquell es la visita más interesante de todo lo que hay que ver en Pilsen. Pilsner Urquell es una de las cervezas checas con mayor proyección internacional y su empresa propietaria es la cervecera más importante de la República Checa, incluyendo otras marcas tan populares en el país como Gambrinus.
La historia de la elaboración de la cerveza en Pilsen viene marcada por la existencia de decenas de diminutos productores de cerveza ubicados en las diferentes casas del centro de la ciudad hasta que, a mediados del siglo XIX, se comprobó que la calidad de muchas de ellas era muy mala y se intentaron unificar las fábricas de cerveza en entidades más grandes que garantizaran una buena calidad del producto. Así, la industria de la cerveza fue prosperando en Pilsen y sus fábricas y marcas uniéndose y desarrollándose hasta convertirse hoy en un producto de fama mundial, cuya historia podemos conocer mejor en el Museo de la Cerveza de Pilsen.
Las dos grandes marcas de cerveza de la ciudad son Pilsner Urquell y Gambrinus, la segunda con una implantación mucho más local que la primera. Las fábricas de ambas están muy cerca una de otra y se pueden visitar independientemente, aunque vista la fábrica de Pilsner Urquell, realmente no tiene mucho sentido ver la segunda.
La fábrica Pilsner Urquell
La visita a la fábrica Pilsner Urquell es bastante completa y dura alrededor de hora y media. Hay que hacerla dentro de algunos de los grupos organizados que salen desde el punto de visitantes, ya que la visita es algo extensa y se pasa por zonas restringidas.
En primer lugar, se hace una presentación en el centro de visitantes de la fábrica Pilsner Urquell, desde la que un autobús lleva al grupo a la enorme zona de embotellado, donde se puede ver desde arriba la maquinaria y el proceso para preparar las botellas y latas con vistas al consumo en pleno funcionamiento. Resulta impresionante la complejidad del proceso, la inmensidad de la sala y el funcionamiento controladísimo de todos los procesos.
Desde ahí, se visita una parte central de la fábrica, donde están ubicadas las enormes cubas de cobre para la fermentación y la producción de la cerveza y, posteriormente, se pasa a unas salas similares al museo donde se puede disfrutar de un pequeño vídeo sobre la elaboración de la cerveza y comprobar (e incluso degustar) los ingredientes con los que se elabora.
La visita concluye con un paseo por los pasillos y bodegas subterráneos donde se almacena la cerveza que, en total, ocupan unos 9 kilómetros de extensión por el subsuelo de la fábrica Pilsner Urquell. Allí se pueden contemplar los barriles y tiene lugar también la degustación de una cerveza recién elaborada, aún sin filtrar, servida directamente de uno de los barriles de la fábrica.
Se trata de una cerveza especial, que no ha sufrido filtrado ni ningún tipo de proceso para facilitar su conservación, por lo que debe consumirse muy rápido y sólo se puede degustar en la fábrica o en algunos bares de la ciudad de Pilsen. Al parecer, dado el altísimo contenido en cereales, esta cerveza tiene unas excelentes propiedades nutritivas.
Comments are closed.