Pese a no ser especialmente conocido como un destino entre los más destacados de Europa y que su Puerto de la Luna y la parte central de la ciudad hayan sido sido reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, hay mucho que ver en Burdeos, especialmente teniendo la ciudad tan cerca de España.
Esto nos permite que Burdeos sea una visita agradable de un día o un fin de semana, si también queremos ver las bodegas y los viñedos cercanos. Aprovechando la apertura de la nueva línea de EasyJet entre Madrid y Burdeos en marzo de 2011, estuvimos visitándola. En este artículo os contamos lo que hay que ver en Burdeos.
Burdeos es una ciudad volcada al río Garona, con su orilla formando el conocido como Puerto de la Luna. La orilla oeste del río forma todo un paseo de varios kilómetros de longitud que se extiende desde las tiendas y los cafés del Quai des Marques en el norte, hasta cerca de la estación de ferrocarril en el sur de la ciudad.
Son aproximadamente unos cuatro kilómetros en los que, por un lado, aparece una sucesión de edificios de piedra color crema característicos de la ciudad y, por otro, junto a la orilla, hay amplios paseos ideales para pasear, ir en bicicleta, patinar o sentarse en alguna terraza o jardín de la zona. Pasear por él es de las mejores posibilidades que hacer en Burdeos para un turista.
El paseo por la orilla del Garona, especialmente en los días soleados, es una fantástica manera de disfrutar del antiguo puerto y las mejores vistas de Burdeos. Si, además, se decide tomar alguno de los barcos turísticos que hacen el recorrido por el río y se contempla la perspectiva desde el agua, se podrá tener una mejor idea de algunas de las estampas más bonitas de la ciudad, entre ellas, la de la Place de la Bourse, uno de los lugares más característicos de la ciudad.
El centro histórico de Burdeos
Por lo demás, fuera de la estampa de la orilla del Garona y el antiguo Puerto de la Luna, entre las cosas que ver en Burdeos encontramos también un pequeño y cuidado centro histórico peatonal. Se trata de una extensión de apenas un kilómetro cuadrado- que va aproximadamente desde la Place de la Bourse hasta la explanada de Quinconces- en el que se pueden encontrar los edificios mas señoriales de la ciudad entre calles peatonales y comerciales, salpicadas por plazas y terrazas de cafés.
En el centro de la ciudad, destacan dos calles sobre las demás: por una parte, la amplia Cours du Chapeau Rouge o Cours de l’Intendance -cambia de nombre a mitad de su recorrido-, elegante, compartida por los peatones y el tranvía, que cuenta en su corto recorrido con edificios como el Grand Theatre. Por otra, perpendicular a esta, la Rue de Sainte Catherine, la gran calle comercial del centro de la ciudad que se prolonga hasta mas allá del centro histórico, hasta llegar a la plaza de la Victoire, con un ultimo tramo con tiendas menos elegantes y restaurantes de comida rápida.
Dentro de ese centro histórico y el pequeño laberinto de calles peatonales que lo pueblan nos encontramos con edificios como la Catedral de St. André o el Ayuntamiento así como lugares especiales como la Place de la Bourse, donde la parte antigua se abre al Garona, o la Torre de la Campana, empotrada entre callejuelas. A medida que nos vamos desplazando hacia el sur de la ciudad, las calles del centro de Burdeos se van haciendo más estrechas, menos señoriales y más oscuras.
Todo el centro, desde el pavimento hasta las fachadas de los edificios, esta marcado por el color terreo de la piedra con la que están elaboradas la mayor parte de las construcciones.
El centro de Burdeos, sobre todo aquellas zonas comprendidas entre la explanada de Quinconces y la Catedral, es para disfrutarlo a través de un cómodo paseo o, mejor aun, para sentarse en una de las muchas terrazas de los cafés de las calles y plazas peatonales, modo inmejorable para ver pasar la vida de la ciudad. Es un entorno mas tranquilo.
Sin embargo, para quien prefiera un entorno algo mas moderno o de moda, puede desplazarse hacia el norte por el paseo que va junto al río Garona hasta llegar al llamado Quai des Marches, un centro comercial y de ocio abierto al río. Allí podrá disfrutar de una zona de muelles convertida en outlet de tiendas de moda y, sobre todo, centro de restauración con muchas alternativas gastronómicas y de bares que poder disfrutar desde las terrazas con vistas al río.
Visitar las bodegas de Burdeos
Burdeos es, también y sobre todo, región de vino. En la ciudad hay algunas enotecas y tiendas especializadas donde poder sentir parte de este ambiente, pero para conocerlo en profundidad hay que salir de la ciudad y moverse por los viñedos y chateaux productores que hay en los alrededores de la ciudad. No es fácil moverse entre ellos en transporte público, por lo que lo ideal es unirse a alguna de las visitas guiadas o alquilar un coche para desplazarse a ver los viñedos y las bodegas o hacer una ruta de un día dedicada exclusivamente al vino.
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No obstante, se puede obtener una experiencia vinícola interesante a la par que mas sencilla visitando el cercano pueblo de St. Emilion, situado a unos 40 kilómetros al este de la ciudad de Burdeos. Allí podremos encontrarnos con un pueblo medieval, con restos prehistóricos y la famosa ermita monolítica, además de una tradición de viñedos y bodegas visitables.
Moverse por Burdeos
Burdeos es una ciudad pequeña, manejable y cómoda. Todo lo que hay que ver en Burdeos se concentra en unos pocos kilómetros cuadrados. Ideal para pasear, recorrerla en bicicleta o relajarse en alguno de sus cafés. Es extraordinariamente amigable para utilizar la bicicleta, con muchas zonas reservadas, posibilidad de utilizarla en zonas peatonales y un servicio publico de puntos de entrega y recogida de bicicletas colectivas que están también a disposición del turista con una simple tarjeta de crédito. Es mas, el alquiler es gratuito durante las dos primeras horas, si bien se carga una cantidad simbólica para acceder al sistema y se reserva en la tarjeta una fianza importante que se desbloqueara inmediatamente una vez entregada la bicicleta en cualquier otro punto.
En lo que respecta al transporte publico, Burdeos también es una ciudad bien comunicada. Es mas, el centro se puede recorrer sin problemas a pie, si se tienen ganas y tiempo. Para los que prefieran utilizar el transporte publico en Burdeos, disponen de tres líneas de tranvía que recorren el centro de la ciudad y conectan todos los lugares de interés. El billete de los transportes públicos es valido para todos los cambios que se quieran entre autobuses y tranvías durante una hora, aunque hay que validarlo en las maquinas de los transportes cada vez que se haga un cambio.
En resumen, Burdeos es una ciudad no demasiado extensa, agradable y con un ambiente tranquilo. Pese a su carácter de Patrimonio de la Humanidad, no tiene monumentos especialmente destacables, aunque si edificios pintorescos y bonitas vistas. Es perfectamente posible disfrutar de la mayor parte de los atractivos que hay que ver en Burdeos en una mañana o una tarde, pero recomiendo conocerla con calma, tomando algo o comiendo en la terraza de uno de los cafés del centro.
Burdeos es, también, una ciudad que servirá como base de exploración a los aficionados al vino, que tienen decenas de posibilidades de bodegas y viñedos que conocer a muy pocos kilómetros de distancia de la ciudad.
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