El pasado jueves tuvimos la oportunidad de conocer, invitados por Renfe, los nuevos trenes Avant que han entrado en servicio en el mes de junio en la línea Madrid-Segovia-Valladolid y, especialmente, de poder dialogar con algunos responsables de la compañía sobre esta línea, los nuevos trenes, las tendencias de viaje y lo que piden los viajeros. Muchos temas interesantes que os presentamos a continuación.
La estrella del día eran los nuevos trenes Avant de la serie 114 que entraron en servicio a mediados del mes de junio en la línea Madrid-Segovia-Valladolid. Como no somos expertos, no vamos a entrar en las especificaciones técnicas de los mismos. Tan solo citaremos el folleto explicativo para decir que son trenes que alcanzan los 250 kilómetros por hora (nos comentaron también que pueden superar esa velocidad, pero que están limitados a la misma) y con 256 asientos más dos plazas para personas con movilidad reducida.
Si vamos más a la parte práctica del viaje, hay una serie de detalles interesantes. El que más agradecemos y más nos llama la atención a los que viajamos con ordenadores es que hay un enchufe por cada asiento del Avant, ideal para quien viaje con el ordenador portátil. Los asientos son cómodos y se agracede, sobre todo, el amplio espacio que hay con el delantero -la distancia entre butacas es de 94 centímetros-.
Estos trenes Avant Madrid-Valladolid sólo tienen una clase de viajeros, por lo que todos los vagones van con la misma estructura y todos los servicios son idénticos. Al mismo tiempo, dado que el tiempo del viaje es muy reducido, no hay una cafetería, sino que se ha instalado únicamente una zona con máquinas expendedoras de comida y bebidas.
En Renfe, sin embargo, lo que más han querido destacar con respecto a los nuevos trenes es la mejora de la accesibilidad. Los nuevos Avant cuentan con dos plazas de minusválidos en lugar de la única que tenían los anteriores y el mayor ancho de sus puertas de entrada y salida facilita la salida y el acceso de los viajeros.
Estéticamente, el que nos subimos nosotros estaba bastante cuidado: butacas azules, un suelo de color madera clara y mucho blanco en paredes y techos, que le daban cierta semejanza con lo aséptico de las naves espaciales de las películas. Las bandejas para la comida/ordenador eran amplias y el reposapiés aceptable, aunque para los que no sean muy altos el espacio entre asientos es más que suficiente para no tener que utilizarlo.
Avant Madrid-Segovia-Valladolid
Lo mejor que se puede decir de un trayecto como éste es que no me enteré del mismo. Pocos kilómetros después de salir de Chamartín, el tren entra bajo el larguísimo túnel que atraviesa la Sierra de Guadarrama y llega a Segovia en unos 25 minutos. Allí, el tren, que iba prácticamente lleno, deja a aproximadamente a la mitad de los pasajeros -demostrando que, en verano, tiene cierto potencial entre los turistas- y continúa su recorrido hacia Valladolid por la meseta, que nosotros tuvimos la oportunidad de contemplar desde la cabina del conductor, como muestra el siguiente vídeo:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=fu9RT-rjTh8[/youtube]
En una hora desde nuestra salida de Madrid, llegamos a la estación de Valladolid. Prácticamente no dio tiempo ni de tuitear las novedades del viaje. Después del encuentro con responsables de Renfe en la propia estación, emprendimos la vuelta.
Comenzamos nuestro viaje en el Avant Madrid Valladolid a las 11:30 de la mañana en la Estación de Chamartín y estábamos de vuelta en la misma a las 14:35, con una hora de reunión entre medias. Podemos entender que sea un gran avance para viajeros de negocios o estudiantes que tengan que desplazarse a Valladolid o Segovia para asistir a reuniones breves o clases.
Así nos lo confirmaron los representantes de Renfe, quienes nos comentaron que, especialmente en Segovia, había una demanda fuerte de trabajadores- entre semana- y de turistas- los fines de semana- y que la satisfacción del cliente de la línea de Avant Madrid-Valladolid estaba alrededor del 80%. Como curiosidad, nos apuntaron que el índice de venta por Internet de los billetes de esta línea es del 47%, lo que supera al promedio del resto de líneas Avant del país, que está en el 30%. Esto nos indica que los usuarios de esta línea están, generalmente, familiarizados con las nuevas tecnologías.
La línea Avant Madrid Valladolid ha registrado buenos resultados de viajeros en el último año, con un crecimiento de un 22% sobre el año anterior. Es cierto que se han establecido más trenes y frecuencias, pero el hecho de que el índice de aprovechamiento -lo que los no entendidos llamamos la ocupación de los trenes- se haya mantenido en torno al 70% aun habiendo más servicios parece bastante positivo para los responsables de Renfe.
Los nuevos trenes han permitido también que se amplíen de 4 a 8 las frecuencias de Avant que salen desde Valladolid a Madrid y de 7 a 10 los que hacen parada en Segovia.
Este aumento de aceptación y del número de frecuencias nos lleva a preguntarnos por el futuro de la línea de Cercanías que recorre el trayecto de la antigua línea de Madrid a Segovia y así se lo planteamos al Director de Viajeros Urbanos e Interurbanos de Renfe, Alfonso Rodríguez, y al Gerente de la Zona Norte, Javier Gómez Ocasar, quienes nos acompañaron en nuestro viaje a Valladolid.
La respuesta fue que la situación de la línea «está en análisis», que aún no hay decisiones al respecto y que hay que tener en cuenta otras poblaciones a las que sirve la línea antigua. Personalmente, esta respuesta tan abierta me hace pensar que habrá novedades al respecto en un futuro más o menos cercano.
La verdad es que la línea antigua, con un trayecto de cerca de dos horas, ha dejado de ser competitiva con la nueva línea de tren por tiempo, como tampoco lo era con el autobús. Es cierto que, por precio, resultaba mucho más económica comparando el precio del billete sencillo -unos 6 euros del antiguo por cerca de 15 del nuevo-, pero la utilización habitual de bonos con precios reducidos hace que el precio para los usuarios habituales se reduzca notablemente.
Eficiencia e intramodalidad
Pero, aparte de presentar los nuevos Avant, la conversación con Alfonso Rodríguez y Javier Gómez Ocasar sirvió también para tratar algunos otros temas de interés relacionados con el ferrocarril. Dos de ellos, en concreto, fueron los más comentados: la necesidad de Renfe de mejorar su eficiencia en algunos de los servicios que presta a los pasajeros y el concepto de intramodalidad, referido a que tendremos que irnos acostumbrando a que no podemos tener trenes directos a todos los destinos y que tendremos que acostumbrarnos a los transbordos.
Los directivos de Renfe hicieron autocrítica cuando se les preguntó por cuestiones que suelen ser peticiones habituales de los viajeros, como una mejor cobertura de móvil y 3G en los trenes, las redes WiFi o la existencia de aplicaciones de información y compra para móviles o entretenimiento a bordo. Todos estos temas y otros que fueron sacando como la comunicación más directa con los pasajeros los englobaron en el concepto de «eficiencia».
«Tenemos que mejorar la eficiencia. Los clientes están demandando otras cosas nuevas», respondieron a la pregunta de si tenían pensado mejorar la conexión 3G en la línea -que funcionó durante todo el trayecto de Madrid a Valladolid, aunque con algunos cortes intermitentes-.
También hubo tiempo para hablar de la necesidad de las conexiones entre trenes y con otros medios de transporte. El debate surgió de la pregunta de si sería posible prolongar en el futuro la línea de Valladolid para que concluyera su recorrido en el Aeropuerto de Barajas.
Los directivos de Renfe recordaron entonces que, así como nos hemos ido acostumbrando a la intermodalidad de varios medios de transporte para llegar a un determinado lugar, tenemos también que asumir que será necesario recurrir a la intramodalidad, es decir, tener que cambiar de un tren a otro para llegar a un destino concreto: El transbordo de trenes como se le ha llamado toda la vida.
«La gente que va a Segovia asume que para llegar al centro tiene que coger un tren y, en la estación, un autobús. Todo el mundo tiene que entender que no puede tener un tren directo a donde quiera ir. No puedes tener trenes directos a todos lados«, concluyeron.
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