Eslovenia lleva algunos meses impulsando su promoción turística en España e intentando darse a conocer. Es elogiable que un país pequeño y bastante desconocido para nosotros esté trabajando tan intensamente para presentarse al mundo y creo que no está de más que eche una mano con lo poco que, por mi parte, puedo aportar del país. Tan poco que mi única visita a Eslovenia y su pequeña capital Ljubljana se prolongó apenas por unas horas, de las que me traje esta memoria personal y fotográfica.
Corría la primavera del año 2005 y estaba en las etapas finales del recorrido que me había llevado a atravesar los Balcanes en tren en una intensa ruta desde Atenas hasta Venecia. Eslovenia fue la fugaz penúltima etapa de mi recorrido antes de llegar a la ciudad de los canales procedente de Zagreb, la capital de Croacia. Fugaz porque entré al país por la mañana en tren, recorrí los aproximadamente 150 kilómetros que me llevaban a Ljubljana, pasé allí unas horas y por la tarde estaba en un autobús camino de Venecia.
Del viaje recuerdo, sobre todo, paisajes de valles verdes con pueblos en las laderas de las montañas, mientras el tren circulaba paralelo a ríos, arroyos y riachuelos varios.
Recuerdo haber visto bastantes de estas torres de iglesia cuadradas, con el tejado en punta, junto a los pueblos de los valles junto a los que pasaba la línea de tren.
Ljubljana
En unas dos horas desde Zagreb, casi siempre rodeados de las bonitas vistas de las montañas y colinas eslovenas, nos plantamos en Ljubljana, la capital del país. Recuerdo el viaje como bastante cómodo y rápido, con la única salvedad del control de pasaportes, que era allí más exhaustivo que en otras fronteras al ser punto de entrada en la Unión Europea. No sé si habrá cambiado desde entonces, pero en el año 2005, el hecho de ir solo y con un pasaporte marcado con sellos recientes de Bulgaria, Serbia y Croacia, hicieron que el policía que miraba mi pasaporte se lo tomara con calma, se lo llevara de excursión a vete a saber qué lugar y acabara pidiéndome otro documento de identidad antes de estar seguro de que era yo.
Posiblemente, dado mi escaso tiempo de permanencia en la ciudad, no esté haciendo un juicio muy profundo cuando digo que Ljubljana (o Liubliana, como es la grafía correcta en español) es una ciudad pequeña, pero muy agradable. La recuerdo como una ciudad tranquila, con un ritmo de vida pausado, un centro con edificios bajos tradicionales junto al pequeño río Ljubljanica con algunas calles muy agradables para pasear o sentarse en alguna terraza y un castillo situado en lo alto de una colina desde donde se dominaba todo el centro de la ciudad.
Ayudado por Wikipedia, veo que efectivamente Ljubljana no llegapor poco a los 275.000 habitantes, que son suficientes para ser la ciudad más poblada de Eslovenia. A mí, sin entrar en muchos detalles, me dio tiempo de sobra para callejear por su centro y subir al castillo en las cuatro o cinco horas que transcurrieron hasta la llegada de mi tren con destino a Venecia. Supongo que, para una primera impresión de la ciudad, es suficiente.
¿Alguno de vosotros se anima a dejarnos comentarios para contarnos más cosas sobre Ljubljana y Eslovenia que amplíen esta primera impresión de apenas unas horas que me llevé yo?
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