Uno de los elementos que convierten a la «ciudad del viento» en una visita inolvidable es el tramo elevado del metro conocido como The Loop de Chicago. Son algo más de tres kilómetros de vías elevadas varios metros sobre el nivel del suelo por una estructura de columnas de hierro que dan al centro de la ciudad un carácter único.
Para mi gusto, El Loop de Chicago es uno de los tramos de una red de metro del mundo con más carácter y personalidad. El cine y la televisión nos han transmitido parte de su carácter especial en películas como Mientras dormías o con una memorable escena de lucha en uno de sus trenes que tiene lugar en Spiderman 2.
El de la ciudad es uno de los muchos metros del mundo que tiene parte de sus vías varios metros sobre la superficie, pero la antigüedad, su localización y el impresionante paisaje urbano que rodea al Loop de Chicago convierte a este tramo concreto en algo especial.
El Loop de Chicago: clave en el transporte público local
El Loop es un anillo de vías de unas dos millas de longitud (unos 3,2 kilómetros) y nueve estaciones que rodea las principales zonas del Downtown de la ciudad de Chicago sobre una plataforma que discurre varios metros por encima de las calles, apoyada en filas interminables de soportes de acero. Fue construido en la última decada del siglo XIX y muchas de sus estaciones mantienen aún la estructura típica de andenes de madera.
El Loop es tan importante en el paisaje urbano de Chicago que ha dado nombre, incluso, al barrio del Downtown de la ciudad que se extiende en el interior del anillo de sus vías y en el que la visión de los inconfundibles trenes de color plateado recorriendo la plataforma sobre los cruces de las calles se ha convertido en una de sus estampas más típicas.
Funcionalmente, el Loop de Chicago es también un recorrido imprescindible dentro de la red de transporte público, ya que por él pasan buena parte de las líneas que conectan los barrios periféricos de la ciudad. Recorrerlo en su totalidad en un sólo tren no es habitual, ya que no todas las líneas hacen el recorrido completo de los 365 grados. No obstante, el gran número de líneas que pasan por él hace que pasen trenes por el Loop cada pocos minutos y, como todos comparten la misma vía, lo único que tendremos que hacer para cambiar de uno a otro es bajarnos en alguna de las estaciones y esperar unos minutos en el andén.
Las peculiaridades del Loop de Chicago
Recorrer el Loop de Chicago en un tren es bastante diferente de muchos otros recorridos en metro. Por las ventanillas podremos ver la vida en las aceras de la ciudad a varios metros de altura e, incluso, podremos intercambiar miradas curiosas con quienes estén en algunos de los pisos más bajos de los edificios junto a los que pasa la vía. Las calles sobre las que pasa no son excesivamente anchas, por lo que los trenes, en algunos casos, pasan lo suficientemente cerca de las ventanas para que podamos ver lo que pasa al otro lado de ellas. Posiblemente, de todos modos, lo más bonito del recorrido sean los momentos en los que los trenes pasan sobre un cruce y podemos ver el horizonte de intersecciones urbanas y su constante movimiento que se abre frente a nosotros durante un par de segundos.
Desde el suelo, el Loop de Chicago nos ofrece también algunas posibilidades interesantes para tomar buenas fotografías. Desde la sensación de eterna oscuridad que se tiene a cualquier hora del día cuando se camina por debajo de la plataforma sobre la que circula el tren hasta las escenas de trenes plateados frente a rascacielos de cristal, pasando por aquellos lugares donde el Loop hace curva y podemos contemplar el giro lento de los trenes.
Las estaciones del Loop de Chicago tienen también un toque muy personal, con las estrechas escaleras de hierro que las comunican con las aceras de las calles sobre las que discurre la línea y sus estrechos vestíbulos de madera a media altura. Todas ellas han sido adaptadas para soportar el enorme tráfico de viajeros que reciben a diario pero una de ellas, la de Quincy, ha sido cuidadosamente rehabilitada para mostrar la estética y los materiales originales. Sin duda, es la estación más interesante de las nueve que componen el tramo.
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