Se acaba de estrenar la película Hitchcock y, con ella, nos viene a la cabeza el motel de su célebre Psicosis. A los que esteis en América, dedicarle un artículo a este tipo de hoteles de carretera, motor-hoteles o moteles, en general, os resultará raro. Pero para los europeos, este tipo de establecimientos resulta un poco curioso. Pudimos alojarnos en uno de ellos en nuestra reciente visita a Cape Cod.
Son hoteles situados, sobre todo, junto a las carreteras principales o en los lugares turísticos; aunque también cadenas como Super 8 o America’s Best Value también disponen de algunos establecimientos en las afueras de las ciudades. Son hoteles preparados para la gente que viaja en coche, por lo que muchos de ellos están organizados en torno a un patio con mucho espacio de aparcamiento.
Un motel en Niagara Falls (Canadá)
Otra de sus principales características es que las puertas de las habitaciones dan directamente a la calle o al patio donde está el aparcamiento. Los pasillos están abiertos, lo que permite que cualquiera pueda acceder desde la calle a la habitación abriendo una sola puerta. A los que no estamos acostumbrados, nos puede parecer algo inseguro, pero cuando me he alojado en ellos nunca he tenido problemas. Las habitaciones tienen grandes ventanas que dan al pasillo que da a la calle, lo que tiene su parte buena y su parte mala. La parte mala es que cualquiera que pase por el pasillo podrá ver lo que pasa en la habitación si la cortina está abierta, pero la buena es que desde la ventana tendremos el coche constantemente a la vista.
Os podéis hacer una mejor idea de cómo son este tipo de hoteles con este vídeo del hotel de la cadena America’s Best Value de la localidad de Hyannis, en la zona de Cape Cod.
Desde viajes familiares a antros de mala fama
Otra característica típica de este tipo de hoteles son las recepciones independientes del resto del edificio. La mayor parte de las veces, ésta se encuentra en una caseta situada en la zona más cercana a la carretera principal. Cuando llegas al hotel puedes dejar el coche a la puerta o en el aparcamiento y que una persona se acerque a por la llave sin necesidad de que el recepcionista tenga que encontrarse con el resto del grupo. Una vez que tenemos la llave, ni siquiera tendremos que pasar por la recepción cuando necesitemos algo. Entraremos directamente al patio o al garaje y, desde allí, a nuestra habitación sin ser visto.
Evidentemente, esto supone una importante privacidad para los huéspedes, por lo que este tipo de moteles son lugares frecuentes de escapada para aquellos que buscan un lugar discreto para encontrarse. La mayor parte de las veces, este anonimato se utiliza para pequeñas aventuras extramatrimoniales, pero -en algunos casos- hay moteles con bastante mala fama que se utilizan para otros fines menos inocentes. Parte de esta leyenda se ha transmitido también a las películas y series de televisión, donde estos moteles dan mucho juego en películas de acción o terror.
Algunos de estos moteles de carretera tienen una imagen algo decrépita
No obstante, no se trata de establecimientos peligrosos, en general, aunque los más antiguos sí que tienen generalemente un punto algo decrépito. Los de carretera son utilizados frecuentemente por viajeros en ruta -dadas las enormes distancias dentro de los Estados Unidos-, mientras que los de las zonas vacacionales tienen un perfil de clientes muy variado e, incluso, en algunos destinos un carácter familiar para cortas estancias. En un viaje anterior a Orlando -destino familiar donde los haya-, pudimos alojarnos en uno de ellos.
Las habitaciones suelen ser bastante sencillas, pero amplias. En los que me he alojado había siempre dos camas, pero curiosamente de tamaño doble, con lo que había espacio más que de sobra para alojar a cuatro personas. También, en muchos de ellos, podemos encontrarnos las míticas máquinas de vending y hielo en el aparcamiento. Es típico, en muchos de ellos, incluir un desayuno que casi parece de plástico- a base de café, zumos de máquina, donuts o muffins-, pero que sirve para llevarse algo al estómago.
El precio, por lo general, resulta bastante más asequible que el de los hoteles convencionales, por lo que es un tipo de alojamiento interesante para pequeños grupos con presupuesto bajo, especialmente si viajan con coche.
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