Otro de los atractivos del centro histórico de Pilsen es el Museo de la Cerveza, situado a medio camino entre la Catedral de San Bartolomé y la fábrica de Pilsner Urquell. El Museo de la Cerveza se encuentra en una casa antigua típica rehabilitada y sirve para mostrar máquinas y procesos empleados en la elaboración de la cerveza, así como la historia de la fabricación de la cerveza en la ciudad de Pilsen.
La cerveza en Pilsen
Pilsen es una ciudad conocida mundialmente por su variedad de cerveza rubia y la buena calidad de las fábricas locales. La cerveza es un producto con una larga tradición de fabricación en la ciudad de Pilsen. Desde la época medieval hasta el siglo XIX, muchísimos pequeños productores la fabricaban artesanalmente en sus casas del centro de la ciudad. Sin embargo, muchas de estas pequeñas cervecerías iban perdiendo calidad con el paso del tiempo.
Para evitarlo, a medidados del siglo XIX se unificaron estas cervecerías pequeñas y se construyeron grandes fábricas de cerveza con procesos de producción modernos y cuya calidad fuera mucho mejor. Las nuevas fábricas revivieron la industria de la cerveza en Pilsen y hoy son embajadoras de la ciudad por todo el mundo, así como uno de sus principales motores económicos.
En Pilsen se fabrican dos grandes marcas de cerveza checa -aparte de otras menores-. La más internacional es Pilsner Urquell, cuya fábrica podemos visitar durante nuestra visita a la ciudad; y, dentro del mercado checho, también es muy popular la marca Gambrinus.
Museo de la Cerveza
Aunque el Museo de la Cerveza no es demasiado extenso, el recorrido es bastante completo, especialmente si se lleva la audioguía que te ofrecen a la entrada, en la que supuestos personajes históricos cuentan en primera persona el proceso de elaboración de la cerveza y todas las anécdotas relacionadas con ella.
En la primera parte del Museo de la Cerveza de Pilsen se hace una pequeña reseña de la historia de la cerveza, para pasar luego a unas salas en la parte inferior donde se pueden ver herramientas y maquinaria utilizada para la elaboración y el envasado de la cerveza.
Se completa luego con una réplica de una zona donde se secaba la cebada y, seguidamente, con una explicación de cómo se elaboraban los barriles que la contenían.
La última parte del Museo de la Cerveza, la más moderna, nos lleva a la investigación aplicada al mundo de la cerveza y a las aportaciones de expertos en química para conseguir un producto excelente, antes de entrar en una zona de curiosidades, con pequeñas reproducciones de bares o colecciones de jarras.
A la salida, podemos pasarnos por un bar donde nos darán una cerveza especial sin filtrar procedente de la fábrica Pilsner Urquell -que también podremos encontrar cuando la visitemos- a cambio de una moneda especial que nos dan a la entrada del Museo. No nos olvidemos, tampoco, de visitar los sótanos donde se conservaba la cerveza, que quedan un poco aislados del entorno global del Museo.
La visita del Museo se completa también, si así se desea, con la de las galerías subterráneas del centro de la ciudad de Pilsen a las que se accede desde el mismo edificio, pero únicamente con visitas guiadas no demasiado numerosas.
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