Nuestro alojamiento en Japón consistió principalmente en albergues y pequeños hoteles económicos. Hubo también alternativas más curiosas como el manga cafe o el hotel cápsula. Casi todos los hoteles nos ofrecieron alternativas decentes por menos de 40 euros por persona y noche.
Hoteles y albergues en Tokio, Kyoto e Hiroshima
En Tokio, el Khaosan Tokyo Ninja resultó un albergue barato, pequeño y con un ambiente juvenil. Dispusimos de una habitación doble con litera, pequeña y sencilla, aunque algo húmeda. Suficiente para dormir por un precio económico y en un barrio muy bien comunicado. Recomendable para presupuestos bajos.
En Kyoto nos decantamos por el Capsule Ryokan Kyoto, que nos sorprendió agradablemente. Tuvimos una habitación doble, muy pequeña, pero muy bien acondicionada y cómoda, con futones de estilo japonés. Cerca de la estación de ferrocarril. Muy recomendable para todos los presupuestos. Cuentan también con cápsulas individuales.
En Hiroshima estuvimos en el Reino Inn Hiroshima Peace. Muy bien ubicado, cerca del Parque de la Paz. Tuvimos la habitación más grande de todo el viaje, pero enormemente sencilla.
Hoteles cápsula y otras opciones de alojamiento económico en Japón
Finalmente, en lo que se refiere a los hoteles-cápsula, en Tokio nos alojamos en el anexo del Hotel Nihombashi Villa -para reservar en las cápsulas, mejor a través de la web del hotel-. Muy agradablemente sorprendido por su buena relación calidad precio, que superó la aparente falta de intimidad o espacio reducido de la cápsula. Experiencia curiosa.
Los manga-kissa (manga cafe) y opciones similares, como dormir en karaokes, baños públicos o similares, son soluciones de emergencia para una noche -a mi modo de ver-. Dado el pésimo transporte público nocturno de Tokio, nos pueden servir para dormir un día que nos hayamos quedado colgados en algún punto de la ciudad como emergencia, o para noches puntuales. Dormir toda una estancia a base de manga-kissa puede ser económico, pero agotador.
Equipaje y consignas en Tokio
13 días de viaje con equipaje de mano. Reto conseguido, si bien es verdad que -a medida que avanzaban los días- al equipaje de mano se le unían algunas bolsas de compras cada vez más llenas.
Nos encontramos un inesperado aliado en las consignas de Tokio. Encontramos muchas y no sólo en las estaciones de ferrocarril, sino también en varias estaciones de metro de Tokio. Funcionan con monedas y no nos resultaron especialmente caras.
Todos los hoteles nos dejaron también guardar el equipaje durante nuestras visitas a las ciudades. Sin embargo, nos llamó muchísimo la atención la falta de seguridad. Varios de ellos disponían de consignas cerradas para los objetos de mayor valor, pero dejaban el resto de la mochila en zonas públicas y abiertas a todo el mundo, con lo cual siempre había cierto recelo a que pudieran desaparecer cosas. No tuvimos un sólo problema de este tipo en tres semanas de viaje.
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