Hubo un tiempo que, por motivos de trabajo, frecuenté hoteles de 4 y 5 estrellas en diversas partes del mundo. Del lujosísimo Ritz-Carlton de Cantón al Berns de Estocolmo, pasando por el Hesperia Finisterre de La Coruña, he encontrado alojamientos impecables, con mobiliario, servicios y vistas excepcionales y experiencias muy bonitas. Pero, pese al confort, en ocasiones transformado en lujo, incluso en estos grandes hoteles siempre había algo impersonal que me hacía sentirme ajeno al lugar en el que residía temporalmente. Para contrarrestarlo, aparecen nuevas formas de alojamiento menos impersonales y más cercanas al huésped. La semana pasada estuvimos en la presentación de Estancias con Arte, una de las empresas que aspira a explotar esta nueva demanda del mercado de alojamientos en Madrid.
El alquiler de apartamentos por tiempo limitado es una categoría de alojamiento que se ha ido desarrollando gracias a Internet de un modo menos llamativo, pero de modo firme y constante. Internet ha permitido que potenciales arrendadores que antes estaban fuera del alcance de los posibles clientes hayan podido comenzar a ser visibles o, incluso, como es el caso de Estancias con Arte, entrar a formar parte de pequeñas empresas o clubes de calidad con una gestión y filosofía compartida.
Porque es verdad que las buenas condiciones de un alojamiento hacen que una estancia pueda ser muy agradable, pero es cierto que no lo son todo. En muchas ocasiones, estamos acostumbrados a una serie de rutinas o lugares dentro de una casa que no sirven tanto para proporcionar confort, sino para sentirse en un hogar. En las habitaciones de un hotel, por ejemplo, los libros brillan por su ausencia; o el minibar no tiene nada que ver con la sensación de abrir una nevera o servirse un vaso de agua del grifo de la cocina. Son detalles de frialdad de los hoteles en los que un apartamento les aventaja.
En el caso de Estancias con Arte han querido ir un poco más allá que el clásico modelo de alquiler de apartamento y han ido recopilando apartamentos que por razones históricas o artísticas puedan dar un plus de prestigio, calidez o entorno a la estancia. Cuando hablamos con Cristina Garrido, su directora, calificó sus apartamentos como un «turismo de artesanía» en el que todos los apartamentos «tienen nombre o historias que contar».
El evento de presentación se celebró en El aposento, un bonito apartamento con capacidad hasta para ocho personas, que en otros tiempos fue la Casa Palacio del Marqués de la Vera, pero no es la única. En La casa del poeta llegó a vivir Rubén Darío y en Ópera prima, con su balcón con vistas al Teatro Real, se han rodado varias películas. En total son diez apartamentos en el centro de Madrid, cada uno con unas características muy especiales.
El Aposento
En el caso de El Aposento, que fue la que visitamos, nos encontramos con un edificio que data de 1605, situado a unos cincuenta metros de la plaza de Tirso de Molina, en pleno centro de Madrid. Son 160 metros cuadrados divididos en dos niveles, con tres domitorios, dos baños, un salón comedor, una biblioteca y una cocina independiente. El salón principal es amplísimo y tiene una galería llena de estanterías y libros en el segundo piso que le da muchísimo calor de hogar. Además, cuenta con varias obras de arte, como óleos originales de Reyes de la Lastra y Rosario Álvarez de Sotomayor o esculturas, entre ellas dos de Fernando Ors.
Durante la visita, pudimos compartir conversación con Cristina Garrido, quien nos fue explicando con algo más de detalle el concepto que está detrás de los apartamentos que gestiona su empresa y darnos algunos detalles más prácticos. Por ejemplo, nos comentó que el apartamento es también un excelente lugar para llevar a cabo pequeñas reuniones de empresa o, incluso, que ha tenido inquilinos que se han quedado en él durante varios meses como residencia temporal, con un descuento en el precio. De todos modos, la mayor parte de sus clientes son pequeños grupos, bien sean de turistas o reunidos por algún fin (desde ferias comerciales a despedidas de soltero), que se quedan en El Aposento por un tiempo limitado.
Además del confort y de «la sensación de estar en casa» que nos contaba Cristina, Estancias con Arte ofrece otra ventaja con respecto a los hoteles de lujo, concretamente la personalización del alojamiento, ya que la propia empresa se encarga de ofrecer actividades y servicios a medida de lo que soliciten los clientes. Por ejemplo, ya han llegado a organizar una cena en el apartamento de la mano cocinada por un chef de prestigio, la visita a alguno de los museos de Madrid acompañado de un experto en arte, la contratación de un personal shopper o una visita personalizada al estadio Santiago Bernabeu, de la mano de un veterano del Real Madrid.
Curiosamente, otra de las sorpresas agradables nos vino del lado del precio. Aunque viene dado por el número final de ocupantes, el precio base parte de 190 euros por noche para cinco personas, lo que esta bastante por debajo de los grandes hoteles de Madrid. El único punto negativo es que, dadas las peculiaridades del apartamento, se requería depositar una fianza bastante considerable a la hora de acceder al apartamento.
En general, nuestra impresión fue bastante positiva. La relación calidad/precio nos pareció muy buena y, sobre todo, tuvimos la impresión de estar en un hogar y no en un alojamiento temporal. Es una manera de sentirse un poco más en casa, aunque estés en otra ciudad. Recomendable.
¡Enhorabuena por el artículo! Mi marido se pasa toda la semana fuera de casa y creo saber bien de lo que habla.
He sido cliente de Estancias con Arte en varias ocasiones y siempre he sentido que ha merecido mucho la pena la elección. Viviendo tan lejos de Madrid, he conseguido encontrar un hogar por unos días lo que me ha hecho mucho más fácil el reencuentro con esta ciudad.
Todo está cuidado al detalle, y me he sentido infinitamente mejor que en un hotel.
Lo recomiendo 100%.