Pese a la imagen que tenemos de China como un país de bicicletas, el tráfico en las grandes ciudades es bastante malo. Algo lógico cuando millones de personas comparten urbe. Sin embargo, las autoridades chinas son originales a la hora de buscar remedios curiosos para el transporte colectivo. En Shanghai, resolvieron los problemas de conexión entre el centro de la ciudad y el aeropuerto construyendo el único tren Maglev en funcionamiento en el mundo y, ahora, en Pekín, quieren mejorar el transporte público con la instalación pionera de un nuevo autobús elevado por encima del tráfico.
La idea resulta curiosa, pero difícil de imaginar. Ya que por encima de la carretera no hay nada- ni nadie- que obstaculice el tráfico, si un medio de transporte consiguera elevarse hasta allí podría moverse de forma muy rápida y sin que el resto del tráfico la influyera. Es algo parecido a la idea de los trenes o metros elevados– como el de Bangkok o algunos tramos del de Delhi-, pero sin necesidad de instalar carísimas vías elevadas o llenar la ciudad de pilares de cemento.
La solución que han encontrado en Pekín es ingeniosa e insólita. Han creado un medio de transporte similar a un autobús de unos cuatro metros de altura y con el fondo hueco hasta una altura de 2 metros para que puedan pasar los coches por debajo. El autobús se soporta sobre una serie de pilares que van enganchados a una especie de railes situados en los extremos de la carretera.
Por lo que dicen en blogs chinos como China Hush, puede alcanzar fácilmente de 40 a 60 kilómetros por hora, más que suficientes para una ciudad. Además, funciona a base de electricidad y energía solar, por lo que su poder contaminante es escaso. Su capacidad es altísima, y puede transportar entre 1.200 y 1.400 pasajeros simultáneamente. Parece, también, que construir el autobús y adaptar las calles para su uso cuesta una décima parte que el metro.
Quedan algunas incógnitas como qué se hará en esas calles con los camiones, furgonetas altas y otros vehículos de más de dos metros de altura que las atraviesan ahora o qué pasará con la seguridad -aunque ya apuntan que hay preparadas rampas de evacuación hinchables similares a las de los aviones-, pero si finalmente el proyecto se lleva a cabo en el distrito de Mentougou, donde hay ya planificados 186 kilómetros de este nuevo transporte, puede ser muy interesante ver su evolución.
El transporte público en Pekín es un poco caótico, dado el tamaño de la ciudad, pero no es el peor del mundo. Los taxis son baratos, pero sufren los atascos de tráfico. El metro es bastante bueno y va mejorando año a año con nuevas líneas y la ampliación de las actuales, aunque aún no es suficiente para llegar a todas partes de la ciudad. Las rutas de autobuses, por su parte, son bastante caóticas. Del caos en las estaciones de tren, mejor ni hablar. Hay que vivirlo para sentirlo. Si este autobús elevado se lleva a cabo, le vendrá bien a la ciudad.
El antecedente del Maglev de Shanghai
En Shanghai, donde -en mi opinión- los atascos en el centro son aún mayores que los de Pekín, ya saben lo que es poner en marcha un medio de transporte revolucionario y único en el mundo. El Maglev– el tren de levitación magnética y el más rápido del Mundo-, se inauguró en el año 2004 para unir el barrio de Longyang Road, y su estación de metro, con el aeropuerto internacional de Pudong. Esto permitía conectar toda la red de transporte público de la ciudad con el aeropuerto en lo que era la única conexión hasta el año 2010, en que llegó una línea de metro.
En total, el Maglev de Shanghai recorre 31 kilómetros en 7 minutos y medio, con una velocidad media de 240 kilómetros por hora y con una velocidad máxima de 431 kilómetros por hora, aunque en otras pruebas ha superado los 500 kilómetros por hora. Pese a que ha habido otros proyectos para instalar trenes similares en otras ciudades del mundo, la única en la que se ha llevado a cabo ha sido en Shanghai.
Aparte de la principal conexión de la ciudad con su aeropuerto principal, el Maglev de Shanghai se ha convertido en todo un atractivo turístico de la ciudad. La verdad es que muy pocas ciudades del mundo pueden presumir de mostrar algunos de sus puntos fuertes y puntos de interés ya en el trayecto que lleva al viajero del aeropuerto hasta el centro de la ciudad. Todo un lujo para Shanghai.
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