El blog Flapy in Japan publicó ayer un artículo sobre la isla de Taipa, en Macao, que me inspira hoy para hablaros de Coloane, la otra isla de este pequeño territorio autónomo ubicado en el sur de China, con importante patrimonio colonial e histórico portugués, a unas tres horas de Cantón por carretera y a poco más de una hora y media de Hong Kong en barco.
La historia de Macao y Hong Kong va por caminos paralelos, pero con protagonistas y personalidades diferentes. Hong Kong fue colonia británica durante años, mientras que Macao pertenecía a Portugal. Ambas se desligaron totalmente de las metrópolis a finales del siglo pasado y viven ahora en una situación especial transitoria de 50 años de duración previa a su incorporación total a la República Popular China.
Esto supone una administración diferente y diferencias tan concretas como que sea necesario un control de pasaportes para entrar en ambos territorios desde China o que en ellos no sea necesario el visado de entrada para ciudadanos de la Unión Europea, a diferencia del país vecino. Incluso, hay que tener cuidado y saber que entrar en Macao o Hong Kong desde la República Popular de China y posteriormente volver a ella, supone una segunda entrada al país que nos obliga a tener un visado multientrada o solicitar un visado de única entrada nuevo.
Te puede interesar: Visitas cercanas a Hong Kong
Macao fue una de las etapas de mi viaje por las grandes ciudades de China del año 2009, combinándola con la visita a la cercana Hong Kong. Visitarlas fue un fuerte contraste con lo que me encontré en la República Popular de China por su forma de vida más occidentalizada y sus particularidades. Hong Kong tiene un carácter internacional, de negocios y cosmopolita que, para mi gusto, la hace algo fría y distante. Macao, por el contrario, conserva en su centro mucho de su tradición colonial portuguesa, algo que se nota incluso en el ritmo de vida mucho más pausado; aunque su transformación en capital del juego de la zona ha alterado su esencia tradicional.
Sociológicamente y desde el punto de vista internacional, Hong Kong parece mucho más interesante. Sin embargo, de las dos, en la que me sentí especialmente cómodo fue en Macao. Por varias razones.
Primero, por el hecho de que la rotulación de prácticamente todos los carteles de la ciudad esté también en portugués, lo que da una sensación de proximidad lingüística insólita en la zona. Luego, por el propio trazado urbano, con callejuelas, adoquines de estilo portugués y edificios medianos. Finalmente, por el ritmo de vida más tranquilo en general que se vive en la ciudad. Es verdad que hay que tomar las zonas de casinos y juego aparte, pero el centro de Macao es realmente agradable.
Taipa y Coloane
El Territorio Autónomo de Macao está formado por una península principal y dos pequeñas islas cercanas, unidas con el continente por puentes y entre ellas artificialmente: Taipa y Coloane. Taipa- de la que hablaba ayer Flapy en este artículo– parece un área residencial a la que, en los últimos años, se la está comiendo la industria del juego con la construcción de grandes casinos y hoteles que imitan o replican a los de Las Vegas. Sin embargo, a medida que nos movemos hacia el sur, encontramos un Macao mucho más auténtico.
Al sur de Taipa está Coloane, una isla originalmente independiente, pero unida hoy artificialmente a Taipa. Coloane es uno de mis rincones favoritos de aquel viaje. La parroquia de Sao Francisco Xavier es el principal núcleo urbano de la isla. Es un pueblo pequeño, con sus casas bajas y su calle principal paralela a la línea de costa, desde la que se ve perfectamente el cercano territorio de China. En ella se abre una pequeña plaza adoquinada al estilo portugués con soportales en los que podemos encontrar terrazas de restaurantes donde comer. En ellos podemos, incluso, comprar al peso una langosta en la pescadería vecina para que nos la preparen y nos la sirvan con algo de ensalada de tomate y lechuga al estilo occidental.
Al sur de la calle principal, nos encontramos también con estampas de contrastes, como el del pequeño templo chino, que surge de una calle típicamente portuguesa y que es el último edificio antes de seguir rodeando la costa por un camino rodeado de árboles y playas.
Gracias a Google Maps podemos dar un pequeño paseo virtual por Sao Francisco Xavier y ver su estructura colonial portuguesa, tan diferente a lo que podemos encontrar en China. Os recomiendo un pequeño paseo virtual por la ciudad:
No era la única sorpresa de Coloane. En el sur de la isla hay algunas pequeñas playas, aunque no excesivamente buenas, y una zona arbolada. No obstante, una recomendación para quien vaya por la zona en verano y quiera relajarse es que acuda a la enorme piscina pública con vistas al mar situada a pocos cientos de metros del pueblo y de la playa, que -para mi gusto- es la mejor opción para relajarse en la zona durante las tardes de verano.
Macao se merece un post aparte y exclusivo. Mucho que ver y sentir y muchos contrastes, pero Coloane es un lugar especial. Un remanso de paz y tranquilidad que recomiendo encarecidamente disfrutar con calma a quienes estén viviendo la experiencia de un viaje por la región.
Muy interesante el artículo, este tipo de zonas no se dan a conocer y son, como bien dices las más auténticas.
Un abrazo!