Guangzhou (o Cantón, como se había llamado a esta ciudad toda la vida hasta que se popularizó el vocablo chino), es una de las grandes ciudades menos llamativas que he visitado. Poco monumental, escasos lugares llamativos, sucia, oscura… Mi paso por ella fue bastante decepcionante en lo turístico, salvo por un detalle: es un auténtico paraíso para comprar productos electrónicos e informática.
Pude hacer turismo en Guangzhou durante unos días hace un par de años, robándole tiempo a mi asistencia a una feria industrial. En Guangzhou me encontré con el paisaje típico de las grandes ciudades de China: una ciudad enorme, con mucho ajetreo, mucha gente y muchos coches. Las atracciones turísticas me parecieron escasas y poco llamativas, la ciudad tenía un tono gris por la contaminación y el Río Perla no me resultó especialmente atractivo para recorrerlo en barco.
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Me consta que, cuando estuve por Guangzhou en el año 2009, una zona céntrica de la ciudad estaba siendo urbanizada, por lo que me imagino que habrán aprovechado para construir rascacielos y edificios modernos que habrán cambiado el Skyline de la ciudad -la Canton Tower, operativa desde el año 2010 da fe de ello-. La vida nocturna de Guangzhou, en cambio, no era tan animada como la de Shanghai, pero sí que tenía sus puntos de interés. Y, desde luego, la vida comercial e industrial de la ciudad bulle de actividad con sus importantísimas ferias.
Guangzhou es también importante para los viajeros por tratarse de un buen nudo de comunicaciones para desplazarse a Hong Kong o Macao. No está demasiado lejos de estas dos ciudades, por lo que muchos de sus visitantes aprovechan para acercarse a ellas durante su viaje. Los vuelos internos en China son mucho más baratos que los que van a Hong Kong o Macao y Guangzhou cuenta con muchísimas conexiones aéreas diarias con Pekín, Shanghai y otras ciudades del país.
Personalmente, para quien quiera ir directamente a Hong Kong, le recomendaría que fuera directamente en avión a Shenzhen, mucho más cercano a la antigua colonia británica; y quien quiera llegar a Macao lo puede hacer también por Shenzhen y luego en barco o por la más cercana Zhuhai. Pero entiendo que también puede resultar interesante la idea de pasar algún tiempo en una de las mayores ciudades de China, como es Guangzhou.
Comprar en Guangzhou: Paraíso de la electrónica
Uno de los principales atractivos para los extranjeros que visitan Guangzhou –sea por turismo o trabajo- es ir a comprar tecnología e informática a la zona del Mercado de Ordenadores de Tianhe Road. Quizá en Guangzhou las compras de ropa o productos falsificados no tengan tanta presencia como en Pekín o Shanghai, pero la ciudad del sur las supera claramente en lo que se refiere a compras de electrónica, tanto en calidad, como en cantidad.
El Mercado de los Ordenadores de Guangzhou engloba a la vez a tiendas que ofrecen productos originales y a otras con falsificaciones. En especial, los teléfonos móviles suelen ser copias exactas de modelos europeos y norteamericanos, aunque con materiales algo más pobres. Hay tiendas que los venden en muchos puntos de la ciudad, pero- personalmente- los precios a los que se ofrecían no me parecieron tan económicos como para asumir el riesgo de comprar electrónica en China.
Cuando nos referimos a Mercado de Ordenadores de Guangzhou no hablamos de una única tienda, sino de cinco o seis edificios de varias plantas que engloban centros comerciales abarrotados de pequeñas tiendas de electrónica e informática. Muchas de ellas, incluso, son apenas mostradores totalmente abiertos al público, pegados con otros mostradores de comerciantes vecinos.
La configuración de estas tiendas de electrónica en Guangzhou depende de cómo ha sido concebido el centro comercial y la zona en la que se ubican. Por ejemplo, los sótanos suelen acoger a las tiendas de teléfonos móviles o pequeños complementos electrónicos; mientras que las plantas intermedias tienen las tiendas más grandes y llamativas, con los ordenadores, pantallas y equipos de sonido; y las plantas superiores son más para componentes y pequeños elementos más específicos relacionados con la informática.
Pasear por las tiendas es toda una golosina para los aficionados a la informática y la electrónica y hay que mantener la cabeza muy fría para no comprar muchas cosas. Es habitual, también, hacer compras en el primer edificio comercial que entramos y, luego, darnos cuenta de que había varios más detrás de él con mejores precios o productos. Mi consejo para la visita es: date una vuelta por todos los comercios, mira los productos, consulta algunos precios y, una vez visto todo, si algo te interesa, vuelve donde lo viste y cómpralo. Eso sí, no vayas muy tarde porque cierran bastante pronto.
Las tiendas más pequeñas y específicas son también una posibilidad muy interesante para hacerte con repuestos que no se venden muy fácilmente en España y hay que pedirlos por Internet con frecuencia. Es el caso, por ejemplo, de las baterías de ordenadores portátiles o los cargadores de los mismos. Hay que saber que muchos de ellos son réplicas no oficiales, pero funcionan bien. Al menos así ha sido con una batería de más celdas que compré para mi ordenador portátil.
Quien haya estado en Pekín o Shanghai intentará regatear como en los mercados de allí también en el Computer Market y se sorprenderá de que el regateo es muy diferente en Guangzhou. Se pueden pedir descuentos, desde luego, y es muy probable que se consigan. No obstante, el precio va a ser casi fijo y lo más habitual es que no se saque más de un 10% de descuento en los artículos.
También conviene tener en cuenta que el pago con tajeta de crédito no es habitual en estas tiendas, sobre todo en los puestos más pequeños, por lo que es bueno llevar efectivo encima. No obstante, en la zona hay algunos cajeros electrónicos donde se puede sacar dinero sin demasiados problemas.
El embalaje y los envíos
Para el turista que vaya de compras, le basta con saber esto de este barrio de Guangzhou. A mí, al salir de las tiendas, hubo dos cosas que me llamaron la atención. Por una parte, meterme por los callejones que están detrás de Tianhe Road y sentirme en otra ciudad completamente diferente a la que podía contemplar en las calles principales: la de los callejones, las tiendas y puestos de calle.
Es una zona bastante laberíntica, sin coches ni taxis a los que subirse y tienduchas muy alejadas de lo que son los centros comerciales de las proximidades; así que uno puede tener la sensación de estar perdido o de no saber hacia dónde se dirige –lo que da algo de miedo-, pero es también un contacto con la China urbana más auténtica, la de los hutongs y la que va quedando cada vez más arrinconada en las grandes ciudades por los rascacielos y el nuevo urbanismo.
No obstante, saliendo del laberinto urbano para regresar a la zona de los centros comerciales de informática, en Guangzhou hay un espectáculo urbano muy curioso que nunca había visto en otros lugares. Allí, en las traseras y calles adyacentes a los centros comerciales se acumulan al cierre de las tiendas centenares de personas alrededor de los empleados de los servicios de transporte que, en plena calle, recogen y procesan miles de paquetes que cada día salen de los centros comerciales con destino a muchas otras partes del mundo.
La actividad durante las primeras horas posteriores al cierre de los comercios- tanto de los que llevan los paquetes, como de los que los procesan- es tan frenética como llamativa. Y el hecho de que todas las gestiones se produzcan en la misma calle convierte a las aceras de la zona en centros de transporte improvisados, llenos de paquetes con envoltorios color marrón y etiquetas coloridas de papel continuo con garabatos a mano.
Una vista interesante de la vida interior de una ciudad tan comercial como Guangzhou.
Gracias!!!!