Concursos y premios que ya cansan

Cada vez con más frecuencia veo en mi Twitter y en mi Facebook llamamientos de amigos, conocidos y contactos varios para participar en determinados concursos o votaciones. Sin embargo, lo que nace como un favor acaba convirtiéndose en publicidad, registros, notoriedad o nuevos seguidores obtenidos de forma gratuita para quienes los organizan.

Prácticamente a todos los que llevamos cierto tiempo en las redes sociales nos han enganchado en el pasado en alguno de estos concursos. Un amigo nos envía un mensaje contando que se ha apuntado a un concurso en el que quien más votos, me gusta o menciones reciba se llevará un determinado premio. Cuando era novedoso, todos hacíamos el favor sin preguntarnos qué suponía ese gesto. Ahora, cuando este tipo de ruegos de conocidos se han multiplicado, comienza el hartazgo y el momento de reflexionar sobre qué supone dar ese apoyo.

Hace un año y medio participé en un concurso de este estilo de una aerolínea en Facebook. Se nos pedía movilizar a la mayor cantidad posible de personas para obtener dos billetes de avión y otros premios menores. El mecanismo es sencillo: dar la lata a todos tus seguidores, amigos y conocidos para pedirles su voto a cambio de nada para que tú puedas irte de viaje. No es un gran esfuerzo pero te hace tirar de tu agenda de contactos para pedir favores.

Sin embargo, en cuanto se rasca un poco por debajo del concurso aparece una triste realidad. Cada voto requería haber hecho un «me gusta» en la página de Facebook de la aerolínea. El organizador del concurso conseguía así decenas de nuevos seguidores de forma gratuita (únicamente a cambio de uno de sus productos) que no tenían por qué tener ninguna relación o interés en su actividad.

Es decir, los participantes en el concurso estábamos ofreciendo gratuitamente a esta empresa decenas de «me gusta» por los que tendrían que haber pagado bastante si lo hubieran querido conseguir con publicidad. Eso por no mencionar el hecho de que- consciente o inconscientemente- las personas que llegan a esa página están poniendo sus datos a disposición de la empresa y aceptando las condiciones de unirse a determinadas aplicaciones.

Pero lo peor es el compromiso personal que supone tener que pedir a cientos de personas que se unan a una página de seguidores o se registren en un determinado portal. Poner tu nombre y tu prestigio al servicio de una empresa a cambio de un boleto para un sorteo. Y, peor aún, poner a tus amigos en el compromiso de tener que dar su apoyo a causas o productos en los que no creen o no apoyarían, por un fin que ni siquiera es altruista o solidario.

Este tipo de concursos ha llegado a pervertirse de tal modo que el sistema se ha utilizado incluso para convertir en competiciones de popularidad y carreras de votos a premios que aparentemente reconocen la calidad. Es deprimente ver como la línea temporal de Twitter se llena de peticiones de votos (con su consiguiente registro de datos personales) en convocatorias de premios como los Bitácoras.

Pero como los usuarios no nos concienciamos, no valoramos la importancia de nuestros datos personales y vivimos en la fantasía del «buen rollito» de las redes sociales, seguimos siendo pasto de departamentos de marketing online que consiguen miles de menciones y seguidores nuevos gracias al esfuerzo ajeno y por un coste ridículo.

Grita con Noruega

En el mundo del turismo online se le tiene mucho aprecio a la Oficina de Turismo de Noruega en España. Siempre han prestado una especial atención al mundo bloguero y han sido pioneros en muchas acciones. Trabajan, además, excepcionalmente bien en el entorno online, con material de excelente calidad, y han sido capaces de involucrar a sus seguidores con concursos y acciones en los que se ha valorado su participación activa. De alguno de ellos, incluso, hemos hablado anteriormente en este blog.

En esta ocasión, conmemoran el 150 aniversario del pintor local Edvard Munch con una nueva convocatoria de un concurso basado en su obra más conocida: «El grito» y que promocionan con el siguiente vídeo:

[youtuber youtube=’http://www.youtube.com/watch?v=0OJiGFEWqJY’]

Como en ocasiones anteriores, han lanzado un concurso muy original basado en la participación activa y la creatividad de los usuarios que podréis encontrar en este enlace.

Sin embargo, han lanzado también otro concurso para blogueros en el que han caído en la tentación sobre la que escribíamos más arriba: buscar el RT indiscriminado de amigos, familiares y conocidos de los blogueros a cambio de un viaje para el bloguero ganador y otro para uno de quienes le hayan apoyado.

Hay que reconocerles, no obstante, que en este caso no se requieren datos personales ni registros -basta con un RT- y que, por una vez, se ha tenido un detalle para las personas que están retuiteando y se pone en juego un viaje también entre ellos.

Así, desde hace un par de días, me encuentro en mi lista de mensajes de Twitter mensajes con el hashtag #GritaconNoruega más un acrónimo del bloguero en cuestión. Muchos de ellos pertenecen a personas que no están entre quienes sigo, pero gracias a los RT de los blogueros a quienes apoyan han saturado por momentos mi lista de mensajes. Eso por no hablar de quienes se han dirigido a mí por mensaje privado pidiendo «ayuda».

Personalmente, me llama mucho la atención que un concurso original y que parte con un vídeo de tanta calidad haya elegido para difundirse entre los blogueros el mismo tipo de difusión masiva y por concurso de RT indiscriminados con que podían haberse promocionado una lavadora o un sopicaldo. Es como beberse un vino de 500 euros por botella en vasos de plástico.

Hemos comentado el tema con Luca Bocci, Marketing Manager de la Oficina de Turismo de Noruega en España, y nos ha comentado su visión de esta campaña:

La idea principal es hacer el video, que hay que reconocer que es simpático, lo más popular posible, no tenemos pretensiones de que sea viral…….(lo viral se llama viral…..solo cuando es viral). El video pertenece a una campaña que se llama El Grito más Largo del Mundo y que es una campaña internacional que viene de nuestra central.

Así que decidimos apoyar la campaña central, campaña internacional, con una nacional, con blogueros españoles de viajes con los cuales tenemos una relación de colaboración.

Nuestra idea, era también que el bloguero pudiese medir su “fuerza” de influencia creando un equipo con su propios seguidores, de allí el # personalizado y que también pudiese, creemos por primera vez, dar un premio a su propio seguidores, creando así con nosotros, la famosa relación win-win que todos buscamos.

Por un lado nosotros conseguíamos difundir el video y por otro lado los blogueros podían a través de nosotros ofrecer un premio a sus seguidores más “fieles”.

Una perspectiva muy interesante y posiblemente acertada desde el punto de vista de quien busca más menciones, pero que no alivia mi mosqueo al ver que mi línea temporal de Twitter sigue inundada de mensajes «influenciadores» procedentes de determinadas fuentes que me animan a retuitear masivamente el hashtag de una campaña a cambio de un viaje, independientemente de que ese contenido me guste o no.

Personalmente, me parece una pena. El vídeo y el concurso son divertidos y originales y posiblemente los hubiera difundido por otros medios; pero encontrarme que lo están recomendando decenas de personas a las que les podría resultar absolutamente indiferente por el simple hecho de poder ganar un viaje ha supuesto que le coja cierta manía a esta campaña.

El antecedente de Turismo Madrid

No es la primera vez que una campaña de este tipo organizada por una oficina de turismo recibe críticas. La palma se la lleva un concurso organizado por Turismo Madrid en el año 2011 en el que se ofrecía como premio un puesto de trabajo como Community Manager en el organismo a aquella persona que obtuviera el mayor número de recomendaciones y apoyos en las redes sociales.

La frivolidad de ofrecer como premio un puesto de trabajo en una época de altísimo paro a una persona que no necesitaba acreditar ningún tipo de formación previa en el sector provocó una reacción inmediata y airada del colectivo de gestores de comunidad y muchos seguidores que obligó a la institución a rectificar a las pocas horas de haber lanzado la iniciativa.

No obstante, parece que los usuarios de las redes sociales no somos tan estrictos en otros casos en los que se nos pide un apoyo gratuito o explícito a una marca, institución o campaña en la cual no creemos realmente. Es decir, la opinión de nuestra marca privada o personal -por no hablar de aquellos casos en los que un registro en una web o similar nos solicita nuestros datos personales- se «malvende» a quien lo pida a cambio de casi nada.

Por su parte, los responsables del marketing online de las empresas e instituciones seguirán encantados de que haya cientos o miles de personas capaces de trabajar para transmitir de forma gratuita sus mensajes, independientemente de lo mediocres que puedan llegar a ser.

Artículos destacados

Qué ver en Oporto
Qué ver en Oporto

Posiblemente, el mayor encanto de Oporto resida en lo difícil que resulta compararla con cualquier otra ciudad que se haya visitado. Con un centro algo caótico y gris, de calles estrechas, la ciudad de Oporto tiene su mayor atractivo turístico concentrado en un espacio relativamente pequeño. Muchas de las cosas que ver en Oporto se […]

Que ver en Bratislava
Qué ver en Bratislava

Bratislava es una ciudad pequeña, que podremos ver tranquilamente en un día. Su ciudad vieja es la parte más turística, aunque también hay otros importantes atractivos que ver en Bratislava. Castillo: Ochenta y cinco metros por encima del nivel del Danubio, se alza el castillo de Bratislava. Uno de los edificios más emblemáticos de la […]

Que ver en Praga
Qué ver en Praga

Me decía una amiga que conoce muy bien Praga que lo más atractivo de la ciudad no eran tanto los monumentos, sino callejear y disfrutar de los edificios y los paisajes de Praga. Estoy bastante de acuerdo en ello, pero tampoco está de más dar algunas ideas sobre los puntos más atractivos que ver en […]