Dentro de nuestro recorrido por el Oeste de Irlanda, uno de los puntos principales de nuestro programa era la visita a los impresionantes Acantilados de Moher. Para ello, emprendimos una ruta por carreteras estrechas y bacheadas que nos llevarían de Galway a los Acantilados.
El día comenzó en Galway, la ciudad más importante del Oeste de Irlanda y la mejor base para visitar los Acantilados de Moher. Desde allí, nos dirigimos en autobús hacia el sur, junto a la costa, adentrándonos por los paisajes del condado de Clare, entre las omnipresentes colinas verdes con sus vacas pastando, el mar, pequeños pueblos de casas bajas y una serie de torres normandas que destacaban por su gran altura, su forma cuadrada y el color gris oscuro de la piedra con la que están construidas, sobre el suave paisaje y construcciones de la región.
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Lisdoonvarna y el Matchmaking
La carretera, serpenteante y bacheada, nos condujo como prólogo de la visita al pequeño pueblo de Lisdoonvarna, que no pasaría de ser uno más de los pueblos típicos de la zona, si no fuera por ser la sede del Matchmaking, un festival de solteros que se celebra tradicionalmente cada mes de septiembre y que en sus últimas ediciones ha reunido en este pequeño pueblo irlandés a cerca de 40.000 personas procedentes de todos los rincones del Mundo en busca de pareja, como ya os contábamos en este artículo de hace unos meses.
Este festival de solteros ha puesto a Lisdoonvarna en el mapa y se refleja en muchos de los locales de la pequeña ciudad. En la plaza que da entrada al pueblo hay una estatua de una pareja abrazándose y varios pubs y bares de la ciudad están decorados por dentro y por fuera con motivos alusivos al evento, algunos de forma un poco hortera -todo sea dicho-.
Aunque la tradición de Lisdoonvarna como lugar ideal para buscar pareja se remonta a hace más de 150 años, gracias a su carácter de centro balnear, nuestra guía Yamile nos estuvo explicando que, en tiempos más recientes, muchas mujeres irlandesas emigraron a Inglaterra a trabajar -principalmente como enfermeras-, por lo que los hombres que trabajaban en el campo no tenían fácil encontrar una pareja. Así que el festival servía para ayudarles a buscarla.
Lisdoonvarna es el último pueblo destacable antes de llegar a la pequeña población de Doolin, que es la más próxima a los Acantilados de Moher y, donde, realmente comenzó nuestra visita de la zona. En Doolin, no dejéis de tomaros una pinta o comer un típico caldo de pescado en el curioso pub de Gus O’Connor, que tiene forrada parte de la pared con insignias de policías de todo el mundo. No tiene pérdida. Es uno de los pocos que hay en el diminuto pueblo y el que está más cerca de la salida de los barcos de turistas.
Un rodeo por la costa para la vuelta
Antes aún de volver a Galway, nuestro viaje continuó por la costa hasta la pequeña localidad de Lahinch, donde tuvimos nuestra primera y divertidísima experiencia con el surf, que ya os contaremos con más detalles en un artículo posterior.
Desde allí, de vuelta, nos acompañó el paisaje de colinas, praderas, mar y pequeños pueblos, aunque esta vez con los pubs ya engalanados con banderas con los colores morado y amarillo del equipo de fútbol gaélico del condado de Clare, que se tornaron en blancas y granates al entrar en el de Galway, dando comienzo al que prometía ser un fantástico fin de semana de deportes.
De Galway a los Acantilados de Moher: Transporte público
Hay que reconocer que los Acantilados de Moher se encuentran en una zona relativamente aislada, pero no por ello es imposible llegar a ellos en transporte público.Los autobuses de Bus Eireann cuentan con la línea 050, con cuatro rutas diarias entre Galway y los Acantilados y la línea 337, con tres salidas diarias desde Limerick. Por tanto, desde las dos grandes ciudades del Oeste de Irlanda es posible viajar en transporte público de forma relativamente cómoda.
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Sin embargo, las dos opciones más cómodas -y también las más recomendables para quienes se desplacen desde otros puntos de Irlanda alejados de la Costa Oeste- son alquilar un coche o visitar la zona con alguna excursión organizada. Un coche alquilado da bastante más libertad, pero hay que tener en cuenta que en Irlanda se conduce por la izquierda, así que no lo recomiendo para conductores poco expertos. Las carreteras de la zona son pequeñas y con muchas curvas, con lo que hay que tener cuidado si nos mareamos.
Por su parte, los tours organizados son los más cómodos, pero también los menos flexibles. En Viator, por lo general, se pueden encontrar bastantes opciones de recorridos organizados.
¿Se puede hacer una visita desde Dublín a los Acantilados de Moher en un día? Realmente, sí; es posible, pero requiere su tiempo. Hay tours organizados que la ofrecen, con unos madrugones considerables. Personalmente, si tuviera tiempo, preferiría pasar algo de tiempo en Galway y aprovechar para explorar la zona; pero es verdad que a muchos viajeros no es precisamente el tiempo lo que más les sobra.
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