Durante la visita a Kyoto, nos paró un grupo de niños de unos 8 ó 9 años que nos preguntaron muy formal y seriamente si teníamos unos minutos. Nos miramos un poco desconcertados y ya una profesora que les acompañaba unos pasos más atrás nos dijo “for an interview”. Al final resultó ser una excursión del colegio para que los niños practicaran inglés en Japón con los turistas.
Los chicos venían con cuatro o cinco frases básicas en inglés, pero bien preparados. Con algo de miedo, pero decididos a practicar una serie de frases básicas. Primero nos preguntaron que de dónde éramos, les dijimos que de España y se lo señalamos en un mapamundi que traían preparado. Curiosamente, aquel mapamundi tenía Asia -en general- y Japón- en particular- en el centro, por lo que, por una vez, para señalar nuestro país tuvimos que apuntar al extremo izquierdo del mapa.
Luego nos preguntaron en inglés si nos gustaban los deportes y qué deportes practicábamos. Y, ya lanzados a practicar, si sabíamos jugar a piedra, papel o tijera. Así que cayeron unas partiditas con los críos, unas risas todos juntos y, encima, cuando acabaron de entrevistarnos nos dieron un muñequito de papiroflexia que habían preparado para regalarnos y nos hicimos todos juntos unas fotos.
Es difícil comunicarse en inglés en Japón
No fue el único grupos de niños que nos paró para hacernos preguntas parecidas y practicar inglés en Japón, pero sí los más divertidos. Posteriormente, junto al templo de Ginkaku-ji nos encontramos otro grupo con el que se repitieron las preguntas y las fotos posteriores. Nos pareció una manera muy divertida de que los niños perdieran la timidez y practicaran, al menos, unas frases básicas en inglés con los turistas, que les vendrán muy bien en el futuro para superar el problema de la comunicación en inglés en Japón que sufrimos algunas veces.
La verdad es que, por lo general, nos llamaba mucho la atención el miedo que tenía la gente para comunicarse con nosotros cuando utilizaba el inglés en Japón. Encontramos a dos personas que habían estado estudiando en Salamanca y se juntaron con nosotros un rato con un buen nivel de español; pero la tónica general de las personas que no se defendían bien en inglés era de mostrarse muy tímidas cuando lo intentaban hablar.
Eso sí, las que lo intentaban. Porque me llamó también mucho la atención la actitud de otras personas que, con mucha paciencia y educación, te dedicaban largas charlas en japonés, por mucho que les hicieras notar que no les comprendías. En esos casos, solía ser educado y escuchaba con atención un discurso del que no entendía nada asintiendo y diciendo “arigató” (gracias) por cualquier cosa.
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