El año pasado realizamos un viaje a China, por una parte de placer y por otra para elaborar los textos de las guías de Pekín y Shanghai, que ya llevan tiempo activas-. Como esta semana hemos lanzado la tercera de ellas, la de Hong Kong (www.guiadehongkong.es), queremos aprovechar la oportunidad para hacer una pequeña reflexión sobre nuestro viaje y, sobre todo, preguntarnos por qué hay tanto contraste a la hora de calificar una visita a este país y qué es lo peor de China.
¿Por qué muchas personas vuelven encantadas del país, pero otras tantas declaran aborrecerlo? El término medio es escaso a la hora de describir una visita a China.
Nuestra conclusión es que China, por lo general, gusta como destino de viaje. Ahora bien, ciertas personas podrán sentirse desencantadas por una mala planificación o porque el viaje no esté acorde con su personalidad. No todo el mundo está preparado para viajar a todas partes. Aquí os mencionamos diez razones que pueden hacer que pienses que has conocido lo peor de China.
Comenzamos con un genérico:
ENCONTRARÁS LO PEOR DE CHINA SI…
1.- Buscas un viaje extremadamente fácil, donde no tengas que esforzarte en conocer una cultura diferente y quieres que todos te entiendan sin esfuerzo.
Atrás los turistas cuyo ideal de viaje sea hamaca, playa, descanso total, cerveza en el chiringuito o tapa en el bar de turno, camareros con los que hablar en español, desplazamientos cómodos y, en resumen, poca voluntad de esforzarse por algo. China es un torrente de estímulos e imágenes que comprender y analizar, por no hablar de la frustración de no comprender el idioma local y ser incapaz de entenderse con quienes te rodean que para muchas personas es lo peor de China.
Los viajes organizados y los circuitos con todo incluido son una opción para este grupo, pero no deja de ser vivir en una isla de tu civilización en otra. Quien no quiera esforzarse física y mentalmente en sus vacaciones, que ni se piense un viaje más o menos independiente a China. Además, la barrera idiomática es decisiva: los chinos, por lo general, son gente encantadora, pero los problemas de comunicación hace que sólo puedas entenderte con pocos de ellos y en contextos muy concretos.
2.- Seas muy escrupuloso con la comida.
En muchos restaurantes de la ciudad no dispondrás de una carta en inglés y, ni siquiera, de una carta. En estos casos, en la mejor de las situaciones tendrás que orientarte por una carta con fotografías o, simplemente, por el aspecto que tiene la comida expuesta, como es el caso de la comida de los puestos callejeros. Es posible que, en algunas de tus experiencias gastronómicas chinas, no conozcas ni la procedencia, ni el modo de cocinar de los alimentos. Si eso lo llevas mal, no te gustará.
3.- No soportes hacer grandes recorridos en tren o carretera y no tengas el presupuesto necesario para desplazarte en avión por el país.
Quien vaya a hacer rutas por China, debe darse cuenta de que está en un país enorme. Las grandes ciudades del país están separadas por cientos de kilómetros y las distancias son enormes. Los recorridos de una a otra por tierra, por tanto, pueden eternizarse. Eso por no hablar de los recorridos por zonas rurales. Quien no soporte pasar muchas horas muertas en un tren o autobús, tendrá este punto entre lo peor de China.
4.- Te descoloque mentalmente el contraste de encontrarte un barrio sucio y caótico en la bocacalle de una lujosa avenida.
China crece rápido y sus ciudades aún más. Eso quiere decir que se ha ido construyendo mucho, muy lujoso y muy rápido, lo que requiere destruir a la vez espacios tradicionales o antiguos, muchos de ellos compuestos de viviendas de pésimas calidades, callejones oscuros y sucios y espacios caóticos. De todos modos, el proceso es lento y barrios modernos y tradicionales se intercalan en las ciudades. Esto descoloca a mucha gente. En Pekín, los hutongs aparecen en cualquier parte y en Shanghai, al lado de los modernos y turísticos jardines Yu Yuan hay un barrio antiguo y sucio que choca mucho al visitante.
5.- Que no hayas preparado suficientemente el viaje o que en su transcurso hayas tenido un percance para el que no estabas preparado.
Una vez en China, la información turística enfocada a los españoles no es especialmente abundante. Tampoco es fácil moverse por las ciudades, conocer el uso y costumbres a la hora de comprar o resolver problemas prácticos como pueden ser conseguir un billete de tren o buscar atención médica. Por tanto, llevar buena información preparada desde España facilita mucho el trabajo a la hora de escaparnos de lo peor que nos pueda pasar en China. Un seguro de viaje puede salvarnos de una catástrofe en caso de imprevistos.
6.- Odies las compras.
Nunca te libras. Si vas solo, siempre te hacen algún encargo. Una vez cumplido, te olvidas de las compras. Si vas acompañado, como suele ser, te tocará muchas veces pasar horas enteras con tus compañeros en lugares como el Mercado de la Seda. Una atracción turística de primer nivel, pero también una pesadilla para quien no soporte ir de compras.
7.- Necesites estar durante tu viaje permanentemente conectado a Internet.
La censura en Internet está muy presente en China. Páginas como Facebook, YouTube o Twitter, además de muchos blogs y- recientemente- Google, tienen cortado totalmente el acceso desde China, por lo que quien las utilice habitualmente y necesite utilizarlas durante su viaje, se sentirá perdido.
8.- Quieras un viaje exótico e independiente y no te guste estar constantemente controlado para visitar determinadas zonas.
Tibet es un paraíso para el viajero independiente. Paisajes, historia, tradiciones, naturaleza… Miles de lugares por los que perderse durante unas vacaciones. Sin embargo, quien se anime a ir allí tendrá que entrar en la región con un permiso del gobierno y se encontrará en muchos lugares y pueblos con la necesidad de pedir otros permisos especiales o registrarse en el puesto de la Policía local. Si alguien se adentra en determinadas zonas o se atreve a viajar sin los permisos correspondientes, es probable que la Policía le dé un susto. Esto frustra mucho a los viajeros más independientes.
9.- Te hayas creado una imagen mental y esperes encontrar excesivo exotismo o un país subdesarrollado.
Ni lo uno, ni lo otro. Las grandes ciudades en China, con sus particularidades locales y sus zonas tradicionales, están estructuradas como las ciudades de cualquier otro país del mundo. Pocas cosas diferencian un viaje en metro en Pekín, en Londres o en Madrid, así que lo realmente exótico queda reducido a unos pocos lugares, lo que decepcionará a más de uno que espere que cada calle sea un derroche de arte oriental. Lo mismo para quien piense que va a un país subdesarrollado y quiera encontrar un contraste económico fuerte. Posiblemente se encuentre con más cosas parecidas a su ciudad de origen de las que espera.
10.- Tengas poca tolerancia al calor en verano y al frío en invierno.
Salvo en algunas zonas concretas, China tiene temperaturas extremas en sus principales ciudades. Los inviernos son gélidos y los veranos muy calurosos (y, sobre todo en el sur, muy húmedos).
Si ninguno de esos es tu caso, tienes la oportunidad de visitarlo y lo afrontas con mente muy abierta, China es un destino del que volverás muy satisfecho.
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