Macao es una región que, por lo general, queda relegada a un segundo plano por los visitantes que viajan a la zona de Hong Kong o al sur de China, pero que en realidad merecería más atención por su colorido, sus contrastes y la cantidad de atractivos que en unos pocos kilómetros cuadrados.
Describir Macao con una palabra es muy difícil, quizá lo mas apropiado sea decir que nos encontramos ante unas poblaciones -la capital Macao y los pequeños pueblos de Taipa y Coloane- que combinan tres tradiciones urbanísticas tan diferentes como la colonial portuguesa, la moderna de estilo Las Vegas y la China en la que se circunscribe geográficamente.
Macao: De portuguesa a china
Macao dejo de pertenecer formalmente a Portugal en el año 1999, en el que se incorporo a China con el estatus de región Administrativa Especial con una serie de prerrogativas diferentes de las del país asiático, al que se incorporara en el futuro. La organización urbana y algunas costumbres guardan la esencia de Portugal, además de la rotulación de calles, negocios y edificios, pero prácticamente ningún local habla portugués en la ciudad, en perjuicio del chino cantones, que es el idioma mayoritario.
La huella portuguesa en la ciudad es muy fuerte y, en la zona centro de la ciudad, el empedrado en adoquines blancos y negros, las casas de estilo colonial, la configuración de las calles y los edificios- algunos de ellos con los azulejos típicos blancos y azules- podemos tener la impresión de estar paseando por alguna ciudad mediana portuguesa. Esa parte de la ciudad, la más tradicional, es -en gran parte- la que ha permitido que Macao haya sido considerada ciudad Patrimonio de la Humanidad.
El casco histórico de Macao
El centro del casco histórico de la ciudad esta en el Largo do Senado, en el que estaba localizado antiguamente el centro del poder colonial. El edificio del Senado, a cuyo patio con un pequeño jardín y azulejos portugueses se puede acceder sin ningún problema, se ve complementado en esta plaza con otros edificios de arquitectura portuguesa, entre los que destaca el de la Casa da Misericordia, antigua institución de caridad.
A su alrededor, se abren una serie de calles peatonales en las que se puede disfrutar de la arquitectura colonial y que hoy albergan, principalmente, tiendas de las principales cadenas de moda de la zona. En un radio de aproximadamente un kilómetro de esta zona están la mayor parte de los monumentos mas celebres e interesantes de Macao.
Aparte del Largo do Senado, la imagen por antonomasia de la ciudad es la de las ruinas de la Iglesia barroca de San Pablo, que mucha gente considera el principal monumento cristiano de Asia. De la antigua iglesia queda, tras su destrucción por un incendio en el siglo XIX, la fachada; pero es suficiente para constituir -junto con la escalinata de acceso a través de la que se llega a ella- el símbolo de la ciudad.
Pasteles y salazones
A ella se llega por una calle peatonal jalonada de pequeñas tiendas que, aunque tienen el nombre de pastelaria y entre sus principales artículos están los artículos de bollería, son más bien tiendas de recuerdos gastronómicos.
La influencia portuguesa no quedo solo en la arquitectura, sino que la gastronomía de Macao -y sobre todo la repostería- son de gran variedad y muy buena calidad. En este último aspecto, destacan sobre todo las galletas de almendra, uno de los recuerdos más típicos de la ciudad, y los pasteles de huevo, de forma y sabor prácticamente idénticos a los de la gran especialidad de la repostería lisboeta.
Fuera del dulce, el salado llama también la atención, con muchas tiendas vendiendo pescado seco en salazón y una especie de lonchas laminadas elaboradas con diversas carnes. En muchas zonas de la ciudad hay restaurantes de cocina portuguesa y otros que mezclan tradiciones culinarias de la cultura colonial y la china.
Iglesias y jardines en Macao
Volviendo al centro histórico, Macao cuenta con una catedral y algunas iglesias, aunque bastante pequeñas y modestas. Llama la atención, como un remanso de paz y tranquilidad en mitad de la ciudad, la pequeña capilla y cementerio protestante que se alzan junto al Largo de Camoes y su parque.
Los parques son otro de los atractivos de la parte antigua de la ciudad. Junto al tranquilo y frondoso Jardim de Camoes, están también la Casa Garden, donde llama la atención especialmente lo bien que se combinan algunos elementos decorativos chinos con pequeños edificios de estilo colonial.
Además, es muy agradable tener una vista de la ciudad desde el Faro da Guia, en lo alto del parque del mismo nombre. Este parque se eleva sobre la ciudad y desde el faro en desuso de su parte mas alta -a la que se llega con un teleférico de corto recorrido, pero barato o a pie- se tiene una vista aérea muy completa de la ciudad.
En la Península de Macao, los contrastes arquitectónicos entre China y Portugal se acentúan en el sur, en la zona de la Barra. Concretamente, en el Largo do Pagode da Barra, una plaza adoquinada de estilo típicamente portugués alberga un pequeño pero bonito templo dedicado a la diosa A-Ma (la diosa del cielo). El contraste resulta muy llamativo para los turistas que visitan la zona.
La parte histórica de Macao es una de las muchas caras que ofrece este pequeño territorio del sur de China. De otras ya hablamos en artículos anteriores en que nos referimos a los casinos de Macao y a la tranquilidad de la vecina isla de Coloane.
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