Para completar la visita a los museos de grandes instituciones internacionales en Suiza que comenzamos en Ginebra con la sede de la ONU y el Museo de la Cruz Roja podemos desplazarnos unos 60 kilómetros al noreste para llegar a Lausanne, donde se encuentra la sede del Comité Olímpico Internacional y el Museo Olímpico.
El Museo Olímpico de Lausanne se encuentra en un bonito entorno natural, muy cerca de la orilla del Lago Lemán y dentro de un parque que rodea el edificio blanco central, donde se encuentra la colección del museo, y que cuenta con diversas esculturas donadas por diferentes gobiernos e instituciones al movimiento olímpico.
El Museo es un edificio moderno, no excesivamente grande, pero con una interesante colección de objetos relacionados con el deporte y los Juegos Olímpicos que harán las delicias de los aficionados al deporte, si bien dejaran bastante fríos a quienes no lo sean. La entrada al Museo Olímpico de Lausanne cuesta 15 francos suizos, a los que hay que sumar 3 más si se quiere disponer de una audioguía para seguir la visita. A los muy aficionados al deporte, les merecerá la pena; a los que no lo sean, no y, a los que sean más o menos indiferentes al fenómeno deportivo, no pasará de una visita curiosa, sin un atractivo especial.
Antorchas, medallas y material deportivo de atletas legendarios
El Museo Olímpico de Lausanne cuenta con dos plantas de exposición: la primera está dedicada al movimiento olímpico y a los Juegos, mientras que la segunda es el espacio para los deportes y todo tipo de material y vestimenta deportiva de atletas célebres.
Nada más acceder al Museo Olímpico de Lausanne, se puede sentir la experiencia de tocar tres medallas olímpicas de los Juegos de Sydney 2000 y ver la colección de antorchas olímpicas que han trasladado la llama desde Grecia hasta las ciudades sede de las competiciones, en uno de los lugares más destacados del Museo.
Posteriormente, se hace un repaso a los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia, donde se exhiben obras de arte en las que se muestran disciplinas y prácticas deportivas. Después, se hace un repaso a la figura del Barón Pierre de Coubertain, impulsor del movimiento olímpico moderno, y cómo se retoman los Juegos Olímpicos a finales del siglo XIX. a partir de ahí, las vitrinas de la sala sirven para hacer un pequeño repaso de cada uno de los juegos que se han celebrado desde 1896, exhibiendo pequeños recuerdos de cada uno de ellos: entradas, mascotas, símbolos, medallas…
Por su parte, la segunda planta del Museo Olímpico de Lausanne –con los artículos dedicados a la práctica del deporte– es especiamente curiosa para los aficionados. Allí se pueden encontrar maillots, camisetas, balones o elementos particulares de la práctica de diversos deportes donados por atletas célebres. Podemos encontrarnos con las zapatillas de Dick Fosbury, el bañador de Michael Phelps, un balón de baloncesto firmado por el Dream Team de Barcelona 92, trineos de bobsleigh y luge, esquíes, espadas de esgrima, cascos de ciclista o patines para el hielo. La audioguía sirve para contextualizar y ubicar mejor a los aficionados con cada recuerdo deportivo.
En esta planta del Museo Olímpico se encuentran también, ya al final de la visita, una colección de las medallas de todos los Juegos Olímpicos que se han celebrado hasta la fecha.
Finalmente, en los sótanos del Museo Olímpico de Lausanne, puede asistirse a proyecciones de grandes eventos en vídeo o consultar la colección filatélica sobre las olimpiadas que conserva el Comité Olímpico Internacional.
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