Hace un par de semanas, con motivo de un viaje a Alemania, probamos el servicio de facturación y tarjeta de embarque a través del teléfono móvil de Lufthansa. Llegar al aeropuerto sin ningún tipo de papel y apenas algo parecido a un código de barras impreso en una pantalla fue una sensación extraña, pero los resultados finales fueron bastante buenos. Aquí os contamos cómo fue el proceso.
Hasta ahora, dependíamos totalmente de una tarjeta impresa en papel para tomar un vuelo. Esto requería llegar al aeropuerto con tiempo suficiente para conseguirla (con un coste adicional en las aerolíneas de bajo coste) o imprimirla en casa o en la oficina, lo que supone la necesidad de estar cerca de un ordenador y una impresora en algún momento del día. El nuevo método permite utilizar el teléfono móvil para realizar todo el proceso o combinarlo con el ordenador para utilizarlo como tarjeta de embarque física. Para ello, el móvil debe tener acceso a Internet.
Nosotros utilizamos la modalidad mixta, es decir, desde un ordenador convencional con conexión a Internet hicimos el embarque, elegimos nuestro asiento y solicitamos que se nos enviara el código de embarque a nuestro teléfono móvil, pero nos consta que la aplicación de Lufthansa móvil permite hacerlo todo desde el teléfono. Como no habíamos probado anteriormente el servicio y desconfiábamos de su correcto funcionamiento, utilizamos la opción que nos ofrecía Lufthansa para realizar una prueba de simulación de envío. Para ello, introdujimos nuestro número de teléfono en la web y, a los pocos segundos, recibimos un mensaje de texto gratuito en el que se nos incluía una dirección de Internet desde donde descargar el código que sirve como acceso. Simplemente, basta con pinchar sobre ese código y aparecerá el código junto con los datos de embarque del vuelo.
Para obtener la tarjeta de embarque definitiva, y una vez que nos aseguramos de que el sistema funcionaba en nuestro teléfono móvil, volvimos a introducir nuestro número de teléfono y recibimos el enlace definitivo que nos daba acceso al código BIDI que nos permite el acceso. El código BIDI es, para quien no lo conozca, algo similar a un código de barras para móviles, que contiene información relevante. Visualmente se presenta en forma de cuadrado donde se alternan zonas blancas y negras y su combinación permite codificarlo para contener una información concreta. Luego, basta colocar este código BIDI frente a un lector similar al de las cajas de los supermercados para descodificar esta información.
Una vez que se recibe el código BIDI y se ha comprobado que funciona, llega el momento de duda al utilizarlo por primera vez. En nuestro caso desconfiábamos de cómo iba a reaccionar el personal de la puerta de seguridad cuando se le presenta una pantalla de teléfono móvil en lugar de una tarjeta de embarque tradicional o un folio con los datos impresos. Por ello, nos acercamos al mostrador de Lufthansa para informarnos. Allí nos comentaron que no nos pondrían problemas en el control de acceso y que bastaba con presentar el teléfono móvil tanto en el control de seguridad como en la puerta de embarque. Íbamos sin equipaje, por lo que no necesitábamos dejar nada, pero en caso de haberlo llevado hubiera bastado con dejarlo en la cinta correspondiente. No obstante, se ofrecieron a imprimir la tarjeta de embarque en papel por si nos sentíamos más seguros. También, para asegurarnos, la web de Lufthansa nos daba la posibilidad de imprimir en cualquier momento una tarjeta de embarque física, con lo cual nos sentíamos bastante más tranquilos.
Una vez llegados al control de acceso a las puertas de embarque de Barajas, nos encontramos con la sorpresa de que no tuvimos que explicarle nada al vigilante de seguridad, sino que sólo nos pidió que pasáramos la pantalla del teléfono móvil sobre un escáner muy pequeño situado a la entrada. Lo único de lo que debes asegurarte es que la pantalla del móvil está iluminada para facilitar la correcta lectura. Para ellos también debe ser algo muy poco habitual, ya que cuando pasamos el móvil, el vigilante de seguridad se giró hacia otro empleado y le comentó: «un móvil». Esto nos hace pensar que, quizá, el sistema esté también en periodo de pruebas y observación en el aeropuerto.
El acceso en la puerta de embarque fue similar, con un pequeño escáner frente al que pasar el móvil y que registró los datos de modo inmediato. No hizo falta ningún control adicional para acceder al avión.
Puntos positivos, negativos y posibles aplicaciones
La experiencia, en general, fue bastante buena y podemos considerar la prueba como un éxito. En el lado positivo, el hecho de no tener que buscar expresamente una impresora en funcionamiento o estar con más antelación en el aeropuerto para sacar la tarjeta de embarque. El teléfono móvil es algo que llevas siempre encima y, con él, va siempre la tarjeta. Dificulta, además, que el documento se pueda perder y permite prescindir de un papel entre la maraña de documentos de viaje que siempre llevamos.
Por otra parte, al dejar nuestro número de teléfono móvil a la hora de dar los datos para la facturación, nos permite recibir mensajes de la aerolínea en caso de retrasos o cambios de puerta de embarque, como nos sucedió a nosotros.
La aplicación del móvil es especialmente útil para aquellos viajeros que no tengan tiempo de detenerse a realizar un embarque por Internet o no puedan tener acceso fácil a una impresora. También para cualquier otro viajero que llegue al aeropuerto ajustado de tiempo, a quien los 10 ó 15 minutos extra que les pueda dar hacer un embarque desde el móvil en el camino le puede suponer la diferencia entre encontrarse el vuelo cerrado o poder subir al avión.
Entre los aspectos negativos, destacan dos: Por una parte, la descarga del código de embarque se realiza a través de una conexión del teléfono móvil a Internet. Eso supone un coste de conexión de datos que, en las tarifas nacionales, es mínimo -la descarga del BIDI es sencilla y no requiere archivos de mucho peso-; pero que en las tarifas de roaming es excesivo (nada más llegar a Alemania, mi operador me envió un mensaje recordándome que el precio de la conexión era de 1,10 € por 100 Kb -o, lo que es lo mismo, 11 € por cada Mb). Por tanto, salvo que el usuario tenga alguna tarifa especial para el extranjero, resulta demasiado caro hacerlo fuera de España.
Por otro lado, nos han comentado también que en algunas ocasiones, si la pantalla del móvil está excesivamente rayada o dañada, la lectura del código por el escáner puede ser bastante difícil. En ese caso, siempre se puede ir al mostrador de la aerolínea y pedir una tarjeta impresa, pero si vamos muy justos de tiempo puede resultar algo agobiante.
En resumen, pese a estas pequeñas complicaciones, nuestra experiencia con este sistema ha sido muy positiva y os animamos a que lo probéis y reduzcais el papeleo de vuestros viajes.
Comments are closed.