En muchas ocasiones, estamos de paso por lugares en los que compensaría deternernos y conocerlos mejor para poder disfrutar de lugares, historias y personas que- si bien no son desconocidos- parecen estar ocultos entre destinos que nos llaman más. Acostumbrado a ir de paso a otras ciudades y playas de Andalucía, no había tenido tiempo de detenerme en las comarcas olivareras del interior hasta que tuve la oportunidad de visitar Baena, donde pude conocer un importante patrimonio histórico que me resultaba desconocido hasta aquel momento.
Allí estuvimos a principios del mes de marzo, cuando Baena Cultura y el Ayuntamiento de Baena nos invitaron a un grupo de blogueros y periodistas a conocer su localidad y el recientemente inaugurado yacimiento de Torreparedones, situado a unos veinte kilómetros de Baena. Fue una fantástica oportunidad para conocer un importante patrimonio arqueológico e histórico, así como para profundizar en los conocimientos sobre la elaboración del aceite de oliva.
El museo del olivar y del aceite
Nuestra primera visita en Baena -después de recorrer los aproximadamente 60 kilómetros que la separan de Córdoba- fue al Museo del Olivar y del Aceite de la localidad, que recoge en sus dos plantas una colección de máquinas y artículos relacionados con el olivar y la producción del aceite de oliva, que es ha sido durante años la principal industria de Baena y toda la región. Los paisajes repletos de olivos nos acompañaron durante nuestro viaje desde Córdoba y siguieron haciéndolo durante toda la jornada.
El Museo- que también es centro de información del Camino de Santiago Mudéjar que pasa por la localidad- cuenta con dos plantas. La inferior alberga numerosas máquinas relacionadas con el proceso de producción del aceite que forman una almazara completa que, aunque tiene una finalidad fundamentalmente decorativa, es completamente operativa y puede ponerse a funcionar en cualquier momento.
Llaman la atención las enormes máquinas, bien recuperadas y restauradas para el museo, bien complementadas por las explicaciones de los paneles infrmativos o, en este caso, por las explicaciones de Antonio Zafra, de Baena Cultura, que fue nuestro guía de la jornada. Nos resultó también muy llamativo una especie de mosaico creado con botellas de aceite de diferentes años en el que pudimos comprobar cómo el aceite va perdiendo su tonalidad original con los años hasta casi convertirse en un líquido transparente.
La segunda planta del museo quizá no sea tan llamativa como la primera y sus grandes máquinas, pero no por ello deja de ser interesante. Está dedicada, principalmente, a otros usos del olivo y las aceitunas no tan relacionados con el aceite y podemos ver, por ejemplo, sillas elaboradas con madera de olivo o cómo se convierten los huesos de la aceituna en combustible para producir energía. Es, además, una planta donde los niños tienen algún pequeño juego de preguntas y respuestas para aprender más sobre el aceite.
El yacimiento arqueológico de Torreparedones
Pese al atractivo del Museo del Olivar y el Aceite, el programa de nuestra visita a Baena estuvo enfocado, principalmente, a descubrir el patrimonio arqueológico e histórico de la ciudad, por lo que nos dirigimos posteriormente al yacimiento arqueológico de Torreparedones, situado a unos 25 kilómetros, por una carretera rodeada de paisajes ondulantes llenos de olivos.
Torreparedones es una referencia arqueológica en Andalucía desde que abriera sus puertas a las visitas a principios de enero de 2011 y sigue deparando descubrimientos, ya que sólo se ha trabajado por el momento en una pequeña parte de su extensión. Uno de sus grandes atractivos es contar con restos de tres periodos diferentes de la historia: el ibérico, el romano y el medieval.
Hay que señalar también que, aparte de su valor arqueológico, Torreparedones tiene un gran valor paisajítico y desde sus puntos más altos se puede contemplar las maravillosas vistas de kilómetros y kilómetros cuadrados de los olivares cercanos a Baena.
Del periodo ibérico -aproximadamente 600 años antes de Cristo- destacan la Puerta Oriental y el santuario del siglo III a.C, especialmente importante para conocer los ritos religiosos de esta cultura. En él podremos contemplar también algunos de los cerca de 350 exvotos que aparecieron durante las excavaciones, pequeñas representaciones de la figura humana que se entregaban como ofrenda.
Para mi gusto, la ciudad romana fue lo mejor del yacimiento. Aunque no se conoce con seguridad el nombre de la antigua ciudad ubicada en lo que hoy es Torreparedones, se conservan muy bien restos de su antiguo Foro y el mercado. Destacan los restos de las columnas de los edificios y las estatuas de la época.
Finalmente, la tercera época de la que se conservan restos en el yacimiento de Torreparedones es el Castillo Medieval, que quizá no sea tan atractivo como el resto del yacimiento desde el punto de vista arqueológico, pero es el punto desde donde se tienen las mejores vistas del paisaje de los alrededores.
El Castillo de Baena y el Museo Municipal
Desde Torreparedones volvimos a Baena para seguir conociendo el patrimonio histórico de la localidad y nos dirigimos al castillo que domina la colina sobre la que se asienta el centro de la ciudad. Aunque ha conseguido sobrevivir al paso del tiempo y a las ideas de quienes en el siglo XX decidieron utilizar su patio interior para construir los depósitos de agua de la ciudad, aún tiene por delante un intenso trabajo de restauración. No obstante, lo que pudimos visitar resulta prometedor, con unas bonitas vistas de toda la zona.
Desde allí, callejeando por cuestas de casas blancas, nos dirigimos al Museo Histórico y Arqueológico de Baena, donde pudimos visitar su importante colección, ubicada en un edificio del siglo XVIII muy bien restaurado. La verdad era que no me esperaba mucho al visitarlo, pero fue una agradable sorpresa comprobar como el museo tiene una importante y numerosa colección de los restos encontrados en Torreparedones, entre ellos los originales de los exvotos y esculturas que nos encontramos en diversas zonas del yacimiento.
Encontramos así restos, esculturas y pequeños detalles de útiles cotidianos, joyería o numismática de tiempos íberos y romanos, además de otras salas de pisos superiores con materiales de épocas más recientes, que van desde la edad media hasta la actualidad.
En resumen, la iniciativa de Baena Cultura nos permitió conocer uno de los miles de rincones atractivos de España que no conocemos, ya sea por falta de información o por desidia. Una experiencia absolutamente recomendable para los amantes de la arqueología y la historia, pero que tampoco resultará pesada para quien no esté familiarizado con la materia. Esta próxima Semana Santa puede ser un buen momento para pasarse por allí, ya que la Semana Santa de Baena está declarada como fiesta de interés turístico nacional.
Os dejo dos enlaces más sobre la visita por si queréis ampliar la información: éste artículo de nuestro guía durante la jornada, Antonio Zafra, en su blog Oleópolis y este otro con los artículos que sobre Baena y Torreparedores ha publicado nuestra compañera de viaje Laura en su blog Viaje al Atardecer. Además, podéis ver algunas de las fotos que tomamos durante el día en nuestra galería en Flickr.
Gracias Rubén por tu detallado texto de lo que fue una jornada fantástica. En efecto la Semana Santa, como bien comentas, es otra fecha memorable para quienes quieran acercarse a este Universo de BaenaCultura, entre tradición y modernidad, donde os recibiremos encantados. Un abrazo
Antonio Zafra
Muchas gracias por la visita, la verdad es que no me imaginaba que fuéramos a echar un día tan bueno con gente que no conocía de antes, y fue todo un placer. Si repites, ya sabes cuál es mi correo y mi twitter 🙂